Opinión

NEURO-PSICOLOGÍA

NEURO-PSICOLOGÍA

Los accidentes cerebrovasculares (ACV) conocidos popularmente como “trombosis”, se manifiestan de dos maneras: como un infarto, al obstruirse una arteria cerebral, o a manera de hemorragia, cuando se rompe un vaso sanguíneo del cerebro. 

Aunque gracias al avance de la ciencia, cada vez son más los que sobreviven éstos episodios, las secuelas de un ACV continúan siendo graves. Los efectos que genere la falta de oxígeno e irrigación cerebral dependerán directamente del lado del cerebro que recibió el daño. El peor pronóstico lo presenta la afectación sobre el tronco cerebral (centro del cerebro), ya que si éste resulta lesionado por un ACV las funciones automáticas de respiración y de latidos cardíacos comprometen la vida de la persona.

Si por otra parte, la región cerebral izquierda ha sido la más afectada, la persona presentará problemas en el lenguaje (tanto en comprensión, como en expresión).  Si la lesión ocurre en el hemisferio derecho, es probable que aparezca una parálisis. Prácticamente la totalidad de personas que han sufrido un ACV tienen fallas de memoria y hay un alto porcentaje que presenta síntomas de depresión.

Pero hay esperanza. Estudios demuestran que un alto porcentaje de los que sobreviven a un ACV y han recibido atención médica inmediata, son candidatos para rehabilitación. Una terapia  multidisciplinaria, que incluya un fisioterapeuta para problemas motores, un neuropsicólogo y terapeuta del lenguaje, en caso de dificultades de lenguaje, memoria y depresión, suponen una  perspectiva totalmente diferente en la calidad de vida en los supervivientes de un ACV.XXXXX

El Nacional

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