Aunque el término antisocial es muy utilizado en los medios, muchas veces se desconocen sus reales implicaciones. Antisocial corresponde a un trastorno de la personalidad en el que existe un modelo constante de conducta en la que se violan de las normas sociales, las leyes individuales, y el derecho de los demás.
Para que una persona sea diagnosticada por un profesional de la conducta como antisocial debe ser mayor de edad, aunque desde la infancia se pueden comenzar a ver las características típicas de éste trastorno.
Se debe sospechar que se trata de una personalidad antisocial, cuando: la persona comete constantemente hechos delictivos, sin demostrar remordimiento alguno; estafa a otros repetidamente, para obtener beneficios personales; presenta conductas agresivas, en las que puede poner en juego su seguridad personal y la de los demás. El abuso de drogas es también común en quienes padecen este trastorno. Aún así, el antisocial es capaz de actuar de manera jovial, y parecer empático, si cree que alguna situación lo amerita.
¿Qué hace que una persona desarrolle una personalidad antisocial?
Aunque no existe una respuesta definitiva, hay factores comunes en la mayoría de sujetos con este desorden. Uno de ellos es la presencia de maltrato durante la infancia. Los hijos de personas alcohólicas tienen alto índice de desarrollo de éste trastorno, cuyo porcentaje es mayor en hombres que en mujeres.
¿Qué hacer con las personas que presentan este trastorno? El hecho de que estas conductas formen parte de un trastorno de personalidad no quita la realidad de que las conductas que realizan han de ser sancionadas. De hecho, uno de los modelos de tratamiento de mayor eficacia es mostrar al antisocial las consecuencias de sus actos, en miras a humanizar a las víctimas de sus agresiones y la responsabilidad que sobre ellos recae.
El pronóstico de quienes padecen este trastorno no es alentador. Muchos se suicidan y otros terminan en encarcelamiento, por lo que tratar a tiempo cualquier síntoma de éste tipo es imperativo.
