Opinión

NEURO-PSICOLOGÍA

NEURO-PSICOLOGÍA

Generalmente no se es consciente de su importancia y de lo determinante que es en el desarrollo de un niño. Se da por sentado que los niños lo hacen como entretenimiento, sin más. Sin embargo, el juego es el medio por el cual los infantes exploran el mundo y relacionan sus conocimientos previos con nuevas experiencias que les permitirán crecer emocional y cognitivamente.

La edad es un factor importante, cuando de jugar se trata. Desde los 0 a los 3 años, adquiere especial importancia el progreso psicomotor grueso, esto es, caminar, saltar, correr. La manipulación de objetos y los juegos tipo bloques, ayudará en lo que llamamos psicomotricidad fina.  Aunque estas actividades surgen generalmente de manera natural, los padres han de estar atentos a que el niño las realice, y evitar excesivos tiempos frente al televisor, en pasividad.

Alrededor de los 4 años el juego favorece a la capacidad de simbolización, por ejemplo, representar a una caja como un carro, o un palo como un micrófono. Esto les ayudará en el pensamiento abstracto que mas adelante será determinante en su capacidad mental.

Ya entre los 5 y 6 años el juego se convierte en un reflejo de la vida cotidiana. Jugar al doctor, a la mamá, a la casita, son maneras en las que el niño se identifica con el mundo adulto.  Las situaciones que se dan en el hogar son claramente manifiestas en los juegos, en éstas edades en particular.  Observar –no necesariamente intervenir- puede ayudar a los padres a entender el mundo interior de sus pequeños, y ayudarles en posibles mal concepciones o confusiones de roles en la familia.

Desde los 7 años, para la mayoría de los niños, el juego pasa de ser una vivencia personal, a una actividad compartida. Esto no quiere decir que anteriormente no se juegue en grupo, sin embargo es normalmente a partir de aquí que comienza el “llévame donde fulanito a jugar”, siendo el juego un ente socializador sin precedentes.

Es en ésta etapa en donde aprenden a manejar las reglas, lo que está bien y lo que está mal, el “hacer trampa” y los valores morales implicados, así como la socialización en general.

Por tanto jugar no solo es útil como mera entretención, sino que es vital para el desarrollo integral de los niños y niñas; así que, instarles a hacerlo, e incluso participar con ellos, está muy lejos de ser una pérdida de tiempo, sino mas bien otra manera de demostrar amor y real cuidado en la crianza.

El Nacional

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