Opinión

NEURO-PSICOLOGÍA

NEURO-PSICOLOGÍA

Cuando una persona es incapaz de resistir los impulsos de practicar juegos azar, incluso siendo consciente de sus posibles consecuencias, esa persona es, sin duda alguna, un ludópata.

La ludopatía o adicción a los juegos, comienza generalmente durante los primeros años de la adolescencia, en los hombres; en las mujeres, según las estadísticas, empieza un poco más tarde, pudiendo pasar de jugar ocasionalmente, a  tornarse adicta incluso a la edad de 40 años.

Sea cual fuese la edad, la ludopatía supone un problema muy serio. Además de los problemas económicos que normalmente genera, pudiendo conllevar a la bancarrota, o ir a prisión, también está relacionada con problemas de depresión, severas dificultades familiares, estados de ansiedad, y hasta intentos de suicidio.

Como con la mayoría de las adicciones, el reconocimiento de la enfermedad es una de las mayores dificultades que enfrenta quien la padece. ¿Cómo distinguir entre un jugador ocasional y un ludópata?

• Un ludópata tiene la necesidad imperante de jugar de manera continuada, y cuando no lo está haciendo, tiene pensamientos recurrentes acerca del juego (cómo ganar una partida o como jugó en una ocasión pasada).

• Tendencia a incrementar las horas de juego, ocasionando cambios de humor si no es capaz de hacerlo.

• Mentir sobre la cantidad de dinero invertida en sus juegos.

• Utilizar el juego de azar como medio de escape a los problemas, o como manera de enfrentar la ansiedad y la tristeza.

• Intentos infructuosos de dejar el juego.

• Ser capaz de romper la ley para conseguir los medios para jugar.

•  Continuación del hábito de jugar, incluso cuando ésta amenaza su vida de familia y/o su trabajo.

Las causas de la ludopatía están siendo estudiadas, y hay quienes sugieren que ciertos componentes químicos podrían ser en parte los causantes de éste mal. Sin embargo, la población que se manifiesta con mayor riesgo es aquella expuesta a las apuestas y los juegos de azar.

Finalmente, el tratamiento debe ser precedido de un reconocimiento por parte del ludópata de la presencia de un trastorno, que normalmente viene por insistencia de los familiares.

Una de las formas que hasta ahora ha mostrado ser más eficaz para tratar éste mal es la terapia psicológica de tipo cognitivo conductual, que puede hacerse tanto individual como grupalmente. Esta procura que la persona tome consciencia de su condición y que luego, él mismo busque soluciones propias que le signifiquen un cambio duradero.

El Nacional

La Voz de Todos