Opinión

NEURO-PSICOLOGÍA
AUTISMO: el síndrome de auto-convivencia

<STRONG>NEURO-PSICOLOGÍA<BR></STRONG>AUTISMO: el síndrome de auto-convivencia

“Tiene cuatro años de edad. No se relaciona con niños de su edad  y  se comunica con gestos, en lugar de palabras. Es incapaz de fijar la mirada, utiliza movimientos corporales repetitivos y suele dedicarse a tareas únicas, de forma insistente. Frota superficies y se lleva cosas a la boca para lamerlas. Se nota agresivo, en especial cuando le impiden seguir una rutina acostumbrada. Tiene problemas para conciliar el sueño”

Todos éstos, son algunos de los síntomas que corresponden a un desorden del desarrollo conocido como autismo.

El autismo comienza a manifestarse durante los tres primeros años de vida y afecta básicamente las habilidades de interacción social y el lenguaje.

Generalmente los síntomas comienzan a notarse a partir del cuarto mes,  cuando el bebé no responde normalmente con quienes le rodean, mostrando una apatía inusual: ausencia de balbuceos,  y pasividad con respecto a los juegos típicos. En otras ocasiones, los niños no presentan ninguna anormalidad hasta los dos años, cuando súbitamente sufren una regresión en las habilidades lingüísticas y sociales que habían adquirido.

Los niveles a los que puede llegar ésta enfermedad son muy variables. Los casos más severos pueden significar ausencia total del habla y una interacción completamente nula, y los menos (también conocidos como autistas de alto rendimiento) en donde podría confundirse tan solo como una persona excéntrica.

Se han descrito muchas posibles causas del autismo.  La mayoría de investigadores coinciden con que se trata de un factor ambiental (algunos virus e infecciones )  que interactúa con algún aspecto genético.

No existe ningún tratamiento que “cure” el autismo, sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el pronóstico es mucho más esperanzador. Una de las terapias más conocidas es el Análisis del Comportamiento Aplicado (ABA), que se basa en el refuerzo de algunas tareas para mejorar el nivel de adaptación en la sociedad. También hay medicación para tratar algunos síntomas específicos, como el la agresividad e irritabilidad.

Para los familiares de un niño autista, buscar ayuda es imprescindible.  En nuestro país contamos con la Fundación Dominicana de Autismo cuyo objetivo es proveer recursos a los familiares de niños diagnosticados con la enfermedad.

El Nacional

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