El Ministerio de Educación aseguró este martes que no corresponden a la verdad las denuncias sobre intoxicación de estudiantes en las escuelas del Estado con el desayuno y el almuerzo escolar, tras señalar que son “altamente rigurosos” los procedimientos para manipular los alimentos que llegan a los estudiantes. René Jáquez Gil, director el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie), dijo que un amplio equipo de técnicos, ingenieros químicos e industriales trabajan para que diariamente casi 2 millones de raciones alimenticias que distribuye esa dependencia lleguen en óptimas condiciones.
Precisó que “como la distribución de 2 millones de raciones alimenticias nos expone a que ocurran eventualidades, hemos adaptado un protocolo de salud, de manera que ante el más mínimo evento que pueda desarrollarse, los directores de escuelas saben qué deben hacer. En primer lugar, llevar a los afectados al centro de salud más cercano”.
“No hemos recibido informaciones de que esas intoxicaciones estén ocurriendo”, señaló.
Jáquez Gil resaltó la rigurosidad en el proceso de selección de los suplidores del alimento, para lo cual se establece una escala de 6 a 10.
Aquellos suplidores que alcanzan una puntuación por debajo de siete son inmediatamente descalificados y aquellos que están entre siete y ocho son sometidos a un plan de mejora de sus instalaciones.
Ratificó que un personal altamente calificado verifica en la parte exterior de los locales de las empresas suplidoras de alimentos no haya basura, malezas, hoyos que permitan la entrada de ratas e insectos, las paredes deben estar debidamente pintadas y las ventanas protegidas con mayas especiales.
Explicó que, en el interior, esos locales deben tener paredes y utilería de cocina higiénicas, con techos carentes de filtraciones que puedan afectar la calidad de los alimentos.
“Verificamos hasta que las bombillas y las instalaciones eléctricas estén en perfectas condiciones, para evitar posibles explosiones”, significó el funcionarios estatal.
Dijo que, desde el punto de vista sanitario, el Inabie exige los locales tengan baños y lavamanos limpios, que los trabajadores vistan zapatos cerrados, ropas higiénicas y lleven gorros en la cabeza.
“También, deben darnos garantías de la existencia de agua potable permanente para la preparación de los alimentos”, explicó.
Jáquez Gil aseguró que los suplidores y sus empleados son constantemente entrenados sobre el manejo adecuado de los alimentos, desde el proceso de elaboración de los alimentos hasta que llegan a las escuelas , a través del Departamento de Control de Calidad del Inebie.
“Como en el país no existe una cultura de la sana alimentación y el manejo adecuado de los alimentos, estamos en un proceso permanente de entrenamiento de ese personal”, insistió.
Explicó que los directores de escuelas son entrenados que tomen muestras de los alimentos consumidos para que, si fuese necesario, hacer pruebas de laboratorios pruebas de laboratorio fisiológicas, microbiológicas y químicas.
“No me parece que esas informaciones correspondan a la verdad. Todo se hace en un esquema transparente donde, en cada provincia, hay reuniones con directores distritales y de centros” explicó el funcionario.
