Opinión

No tenemos Presidente

No tenemos Presidente

Con la ilusión de ver caer la centenaria “maldición de la cabra”, George, -mi hijo varón- y yo, nos acomodamos frente al televisor. Con la anuencia de Reina (La madre superiora) nos preparamos para tener un “miércoles de cenizas”. Todo iba de maravillas hasta que en el teléfono se escuchó una voz como la de Steve Bartman que nos dijo: -Solo tenemos light.

Soy dominicano, orgulloso de las tradiciones, fiel por más de cincuenta años este icono de mi país, por lo que me resisto a consentir que una empresa buscando tener mayores beneficios económicos incurra en prácticas monopólicas y estrategias de mercadeo para cambiarnos “la mejor cerveza, el verdadero sabor”, tal como sentenciaba la costosa valla colocada detrás del “homeplay”

La cerveza Presidente nace el 16 de mayo de 1935, en honor a Trujillo, quien dio su permiso para ponerle el nombre. La propaganda inicial decía: “Haga patria tome cerveza Presidente”. Ochenta años después, muchos sin percatarnos, seguimos homenajeando al perínclito barón de San Cristóbal en cada sorbo.

Es una cerveza rubia del tipo Pilsener, a base de cebada malteada, maíz refinado y azúcar. Tiene un contenido de alcohol tirando a fuerte (5%). Debe beberse bien fría; vestida de novia, dejándola reposar y evitando hacer espuma o tocar la botella con el vaso. Haciendo cálculos matemáticos creo que en total en mi vida he consumido (tomado) el mismo volumen de liquido que tiene una piscina olímpica.

La cerveza ha alcanzado proyecciones internacionales, es favorita en muchos otros países donde también se adquiere a un precio más bajo de lo que pagamos aquí. Desde el año 2012 la multinacional AmBev es propietaria de la mayoría de las acciones de la Cervecería Nacional Dominicana (CDN). Antes pedíamos una cerveza y no había que especificar nada, ahora hay que ponerle el adjetivo “Presidente regular o normal” para evitar que te metan esa vaina que llaman light.

No sé qué carajo está pasando, pero la cerveza regular no aparece en ningún lado. Yo no me resisto a cambiar, prefiero dejarla, por lo menos así mi mujer dejará de criticarme esta barriga cervecera que llevo desde hace años.

El Nacional

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