Opinión

Nuestro arte

Nuestro arte

(y 2)
¿Qué avala mi afirmación de que el decenio de los 40’s fue el escenario para desarrollar y fundar el arte dominicano. La respuesta está estacionada y almacenada en los ciento diecinueve años que se inician con la independencia efímera proclamada por José Núñez de Cáceres en 1821, hasta el establecimiento de la prodigiosa inmigración que recibió el país desde 1939 y extendida hasta finales de los 40’s, en donde se acrecientan las influencias recibidas desde el exterior y creando situaciones y contextos sociales que presionan las condiciones creativas endógenas y sus procesos de producción, fundándose centros de aprendizaje que permitieron conocer nuevas tecnologías y métodos de producción.

En esa extraordinaria década se desarrollan eventos cruciales relacionados con el arte que permiten asimilar a los iniciados en la academia los lenguajes estéticos innovadores, reconciliados con las vanguardias históricas del arte, lo que genera, a su vez, que las teorías y modos de creación se multipliquen geométricamente entre alumnos e investigadores del arte.

Los eventos que engendra la inmigración de músicos, artistas e intelectuales al país pueden sintetizarse así: En 1940 se crea la Dirección General de Bellas Artes, bajo la dirección de Rafael Díaz Niese; en 1941 se funda la Orquesta Sinfónica Nacional, siendo su primer director el músico y compositor español Enrique Casal Chapí, y Eugenio Fernández Granell entra a formar parte como primer violín de la misma; en 1942 abre sus puertas la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), siendo su primer director Manolo Pascual, con un profesorado integrado por los artistas españoles Josep Gausachs y José Vela Zanetti, el judío-alemán George Hausdörf y el austríaco Ernest Lothar (en ese mismo decenio dirigieron la escuela Celeste Woss y Gil, José Vela Zanetti, Josep Gausachs y Yoryi Morel); en 1942 se realiza la primera Bienal de Artes Plásticas y se crea el Conservatorio Nacional de Música y Declamación; en 1943 los alumnos de la ENBA exponen sus obras.

En ese mismo 1943 surge la agrupación literaria La Poesía Sorprendida, integrada por Franklin Mieses Burgos, Alberto Baeza Flores, Rafael Américo Henríquez, Manuel Llanes, Freddy Gatón Arce, Aída Cartagena Portalatín, Antonio Fernández Spencer, Manuel Rueda, Mariano Lebrón Saviñón, Manuel Valerio, José Glas Mejía y el músico, escritor y pintor español Eugenio Fernández Granel, quien además realizaba las viñetas de la revista del mismo nombre; en 1945 se integra como profesor de la ENBA Gilberto Hernández Ortega, uno de los alumnos graduados en la primera promoción de la institución, siguiéndole otros egresados como instructores; en 1946 se funda el Teatro Escuela de Arte Nacional, bajo la dirección del exiliado español Emilio Aparicio Martínez, que había llegado en el barco La Salle en 1940; en ese decenio exponen juntos los artistas exiliados y los egresados de la ENBA, demostrando que la institución estaba llenando el propósito para el cual se había fundado: engendrar artistas que provocaran la creación de un arte genuinamente nacional. Sí, el decenio de los 40’s fue el nacimiento y afianzamiento indiscutible del arte dominicano.

El Nacional

La Voz de Todos