Noticias importante Reportajes

Nueva York, sede orgullosa de las Naciones Unidas

Nueva York, sede orgullosa de las Naciones Unidas

Nueva York, 22 de Junio (EFE).- Nueva York ha cambiado mucho desde que estrenó la sede de las Naciones Unidas en 1952, pero en su 70 aniversario la ciudad sigue considerando que los beneficios que recibe por acoger el máximo organismo internacional son mucho mayores que sus desventajas. “No solamente nos sentimos honrados por tener las Naciones Unidas desde un punto de vista económico, ya que emplean a miles de neoyorquinos, sino que también somos capaces de compartir las mejores prácticas de alrededor del mundo”, dijo a Efe la responsable de Asuntos Internacionales del Ayuntamiento de Nueva York, Penny Abeywardena.

La Asamblea General de las Naciones Unidas seleccionó a Nueva York como la casa de su sede permanente en 1946, desbancando a otros rivales como San Francisco, Filadefia, Boston o Chicago, cuando el magnate John D. Rockefeller Jr. ofreció 8,5 millones para comprar un terreno de seis manzanas al lado del East River.

Aunque se encuentre a pocas calles de la emblemática estación Grand Central, la sede de las Naciones Unidas tiene el estatus de extraterritorialidad, típico de los embajadas. Sin embargo, sigue sujeta a la jurisdicción y a las leyes de Estados Unidos, a cambio de beneficiarse de políticas locales, bomberos y otros servicios.

“Creo que cualquier cosa que podamos hacer para promover la cooperación entre los países vale la pena. Es un dolor de cabeza para nosotros, pero como tantos otros”, opina Priscilla, una física que vive en Manhattan. Acoger las Naciones Unidas aporta cada año una generosa cantidad económica a las arcas de Nueva York, según la alcaldía, que está elaborando un estudio sobre el impacto de la organización en la ciudad que se publicará el próximo día de las Naciones Unidas, celebrado cada año el 24 de octubre.

“Estoy segura que hablará de los miles de millones que las Naciones Unidas llevan a Nueva York y de las miles de personas que emplea”, apuntó Abeywardena, quien encargó este análisis al principio de su mandato para demostrar los beneficios que supone para la ciudad. Sin embargo, convivir con la ONU también puede generar muchos problemas.

Eventos como la Asamblea General de septiembre añaden más congestión al tráfico habitual de la Gran Manzana y unas extraordinarias medidas de seguridad que afectan al día a día de los neoyorquinos. Esta fuerte seguridad es resultado de la coordinación entre las Naciones Unidas, el Departamento de Estado de EE.UU. como país de acogida y la misma ciudad de Nueva York. Un empresario que trabaja en esta materia, que prefirió no revelar su nombre, opinó que la ONU es, además, “una pérdida de dinero”.

“Mira todos los otros problemas importantes que tenemos alrededor del mundo, como Oriente Medio o Rusia. Nunca fui un fan de la ONU, pero realmente no veo por qué hemos de perder tanto dinero”, alegó. “Pero nos sentimos contentos de ayudar”, asegura la responsable de Asuntos Internacionales de la ciudad. “Me gusta recordar que cuando tenemos tanta gente visitándonos también están usando nuestras tintorerías, nuestras bodegas, nuestros restaurantes… se convierten en parte del tejido de Nueva York”, insiste.

Abeywardena explicó que parte del trabajo de su oficina es asegurarse de que los delegados y trabajadores de las Naciones Unidas se sientan parte del conglomerado de la ciudad, por lo que por el 70 aniversario la ciudad ha lanzado una iniciativa para alentar al personal a hacerse con el nuevo carné municipal impulsado por el alcalde Bill de Blasio.

A lo largo de este tiempo han habido diversos debates sobre si la sede debería trasladarse a otras ciudades, pero la responsable de Asuntos Internacionales consideró que nunca han tenido éxito porque Nueva York “ha trabajado muy activamente con los líderes de la ONU para asegurar que están colaborando de manera que ellos también consideren muy valioso estar en Nueva York”. EFE

El Nacional

La Voz de Todos