Opinión

Obama (III)

Obama (III)

Dicen que los sueños, sueños son, pero hay algunos que, por lo explicito de los detalles y lo especifico de los temas, no son sueños, sino advertencias de posibles ocurrencias que hay que anotar, y dar a conocer, a veces sin entender por qué se te ha elegido a ti para recibirlos, o qué responsabilidad tienes que asumir frente a lo revelado.  Eso me acontece ahora, con el segundo, y espero que último, sueño que he tenido con el presidente Obama.

El sueño empieza con él de espaldas leyendo un libro en una especie de balcón, mientras su esposa e hija se mueven en el espacio sin que él las note.   Yo estoy en ese sueño observando la situación y luego el sueño se desplaza a un espacio abierto donde hay una especie de gran círculo formado por gente blanca y tomada de la mano.

El presidente Obama intenta entrar al círculo, pero no se lo permiten, y entonces veo a Michelle avanzar hacia el círculo, pero está vestida de negro, con una saya ancha, como plegadiza, sujeta a la cintura.  Me fijé que en la blusa el vestido tenía una especie de cuello semicircular  de seda que abarcaba de un hombro al otro.  Ella también intento entrar al círculo, pero no pudo, y entonces una mujer blanca, ¡con el mismo vestido!, se salió del circulo y la dejó entrar.

Estuve consultando algunas amigas sobre este sueño tan peculiar,  y entonces una me dijo que ésa era ropa de viudas y que investigara qué vestido llevaba Jackie O el día del entierro de John F. Kennedy.  La busqué en Google, pero era un vestido de corte moderno, nada que ver con lo que había visto.

Entonces, entré al otro gran entierro de un presidente en Estados Unidos de América, USA, y encontré,  en las fotos y graficas del Civil War Harpers Weekly, en la edición del 6 de mayo de 1865, lo que buscaba. 

En un dibujo del Salón Verde que se llama: Abraham Lincoln lying in State in the White House Green Room, vi a su viuda Maria Todd Lincoln con el mismo vestido, sólo que, como está parada de lado y con un gran velo, no pude divisar la parte frontal y confirmar si tenía la especie de cinta de seda que, a modo de cuello, se extendía de hombro a hombro.

Empero,  ¿por qué un círculo de gentes blancas tomadas de la mano? Entonces leí en el reportaje de marras, que detrás del carro fúnebre de Abraham Lincoln, marcharon unos 40,000 esclavos libertos tomados de la mano, liderados por un contingente de soldados negros.  La pregunta que me hicieron fue:  ¿Y no fueron los blancos quienes eligieron a Obama?

Que, por cierto, aunque amo el té, he decidido eliminarlo de mi dieta a raíz del surgimiento y proyección del llamado “Tea Party”.   Quienes tengan oídos para oír, que alerten.

El Nacional

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