Editorial

Ojalá que llueva

Ojalá que llueva

La advertencia de que en caso de que no lloviera la reserva de agua para la capital y la provincia Santo Domingo alcanza solo para 35 días y la de Santiago para tres meses, es señal ominosa que obliga a gobierno y ciudadanía a monitorear minuto a minuto una angustiante crisis causada por la prolongada sequía.

El presidente Danilo Medina recibió el Plan de Contingencia que procura mitigar los efectos provocados por la escasez de lluvia, que incluye la erogación de 250 millones de pesos para la rehabilitación de sistemas de electrobombas y equipos para la extracción de agua en zonas rurales.

Se requiere también la reparación de unos 300 kilómetros de canales de riego en zonas de mayor impacto de la sequía, mientras que las juntas de regantes han sido advertidas de que solo se suministrará agua para siembra a los agricultores que se abastecen de las presas de Rincón y Hatillo.

Tan grave es la situación que el agua disponible solo se utilizará en cultivo ya en desarrollo, por lo que miles de tareas no serán sembradas por falta del líquido, con la consiguiente reducción de la oferta alimentaria. ¿Acaso se requiere decir más para que la gente entienda que se confronta una situación de emergencia?

El Plan de Contingencia incluye restringir el horario de lavaderos formales como forma de economizar agua, aunque se requiere que toda la población evite el dispendio del líquido, cuya producción baja cinco millones de galones cada día.

Ojalá que llueva copiosamente, aunque los pronósticos son desalentadores, por lo que lo esencial ante tal calamidad es que la gente asuma plena conciencia de que su deber y obligación es ahorrar cada gota de agua que sea posible.

 

 Los colegios

Aunque ha mejorado en términos de oferta de aulas y calidad curricular, todavía el sistema público de enseñanza no despierta toda la confianza o motivación para que la mayoría de familias de clase media y aun muchas de menores ingresos inscriban a sus hijos en planteles oficiales.

Es por eso que se reclama de las autoridades ayudar a proteger el magro presupuesto familiar diezmado por las altas tarifas y costos adicionales que aplican colegios privados, sin ningún tipo de control. Lo mucho hasta Dios lo ve.

 

El Nacional

La Voz de Todos