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ORTO-ESCRITURA

ORTO-ESCRITURA

Etimología buena orientación para la ortografía

 

 

En nuestra lengua, la representación gráfica de las palabras es igual para todos los hablantes, no obstante las variantes fónicas que se registran según la región de procedencia de los hablantes.
Con esto queda dicho que la norma escrita nos exige escribir las palabras de determinada forma, aunque cuando las pronunciamos suenan de otro modo, sobre todo si están en uso las letras /z, v, b/ y la consonante /c / seguida de las vocales /i, e/ en palabras como cielo, ceder, diccionario y retroceso, por ejemplo.
La etimología es un recurso que contribuye eficazmente para la correcta escritura de las palabras. Se trata de una orientación basada en respetar el origen del vocablo de que se trate, procedentes la mayoría del latín y otros del griego.
Debido al origen es que las palabras oval (forma de huevo) orfandad (calidad de huérfano) y óseo (relativo a hueso) se escriben sin h. Una regla del español indica que se escriben con /h/ las palabras que comienzan con el diptongo formado por /u/ seguida de otra vocal.
La Ortografía de la lengua española indica al respecto lo siguiente:
“El origen puramente gráfico del uso de la letra h ante los diptongos de /u/ + vocal explica que se escriban con ella palabras que no la tienen en su etimología, como hueco (derivado sustantivo del verbo latino occare), huérfano ( del latin orphanus), hueso (del latin ossum) o huevo (del latin ovum) mientras que voces de su misma familia, como oquedad (de la familia de hueco), orfanato, orfandad (de la familia de huérfano), óseo, osario, osificar (de la familia de hueso) u ovario, óvulo, ovalado, desovar (de la familia de huevo) se escriben sin ella por no presentar esa secuencia fónica inicial. La misma explicación vale para las diferencias de igual tipo que se observan entre formas de un mismo verbo:

oler, olía, oleremos, olió, pero huelo, huele, huelas, huelan, o entre ciertos topónimos y sus gentilicios: Huesca (del latin Osca), pero oscense”.
El mismo texto, obra de la Asociación de Academias de la Lengua Española (2010, Pág. 145) agrega:
“El que en una misma familia, unas palabras contengan el diptongo /ue/ y otras no se debe a que la /ó/ latina, si era tónica, diptongaba por lo general en /ue/ en su paso al español, salvo en cultismos incorporados en épocas en las que esa ley fonética ya no estaba vigente ; de ahí que hueso tenga diptongo, por proceder del latin ossum, con /ó/ tónica, y que no lo tengan ni osario, del latín ossarium, donde es tónica la /a/, ni óseo, del latín osseus, donde la /o/ latina no diptonga, aun siendo tónica por tratarse esta voz de un cultismo de más tardía incorporación”.
En atención a la etimología es que palabras relacionadas con el oído se valen de la raíz /ot/, por su correspondencia con /otos/ del latín. De ahí: otitis, otología, otorrino, otólogo.
El tema se presta para continuar. Hasta el próximo domingo.

El Nacional

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