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ORTO-ESCRITURA

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Lívido no  es libido,  además una carta de un lector

Ni el adjetivo /lívido/ ni el sustantivo /libido/ son palabras para el hablante ordinario. Sus usuarios suelen ser profesionales, locutores y otras personas que han tenido el privilegio de recibir alto grado de escolaridad. No son, por tanto, plataneros y aguateros ni vendedores de pollos vivos y matados quienes confunden estos dos vocablos, pues ellos no los emplean.
Viene bien al caso un vistazo al Diccionario. Veamos:
El adjetivo lívido y su forma femenina lívida, procedente del latín lividus aparece con las siguientes acepciones: 1. adj. amoratado. 2. adj. Intensamente pálido. Es palabra esdrújula, es decir que la fuerza de entonación está en la antepenúltima sílaba: lí. Ejemplo: Se quedó lívido cuando nos encontramos. Ella, cuya piel es morena, se tornó lívida del susto.
En cuanto a libido, viene del latín libido. Significa: 1. f. Psicol. Deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica.
Es femenina, aunque termine en vocal o: la libido. Palabra llana, por cuanto lleva el acento en la penúltima sílaba y no se le marca porque termina en vocal: bí. Ejemplos: Cuando la veo me sube la libido. El hombre, como la mujer, debe controlar su libido.
El error más notorio es oral, pues muchos convierten en esdrújula el vocablo libido. Algunos hablantes lo asumen como si fuese una sola palabra, pero son dos: lívido (pálido) y libido (deseo sexual). Está claro que lívido no es lo mismo que libido.
La carta de Dujarric
Manuel Dujarric, atento lector residente en Santiago, aunque higüeyano, ha querido agregar unas ideas al artículo “Una palabra inútil que resulta muy útil”, publicado en esta columna el 20 de noviembre. A continuación la carta del distinguido lector:
Estimado periodista y amigo:
Incluyo esta ocasión entre las “varias” de las que me he nutrido de tus artículos. Enumerarlas, sería sobrepasar los límites de caracteres permitidos para este comentario. Precisamente el uso del adjetivo “varias”, me fue útil para evitar la larga lista. Totalmente de acuerdo contigo, sobre todo en tu conclusión sobre lo inútil, útil y recurrido del adjetivo varios/as. Sin embargo en mi profanidad, pienso lo siguiente:En el principio de una redacción o en el enunciado de un titular, se presenta el uso del adjetivo varios, precisamente para enunciar, y luego en el cuerpo, entrar en los detalles, enumerando quizás y especificando.

 

Puede ser el caso de, “La Sala Capitular declaró de una vía varias calles de esta ciudad…”, así como para “Mueren varias personas incómodas para Hillary Clinton en extrañas circunstancias…” No así para “Él se presentó a la cena con varios amigos”. Aquí el sujeto representado por el artículo EL, es la expresión nominal de la que se predica, por tanto, creo que es EL, el objetivo principal de la oración, concordando en número y persona con el verbo (presentó), no siendo necesario detallar solo enunciar, lo de con “varios amigos” Poco importa cuántos eran los amigos, ni sus nombres.
También pienso en el carácter limitativo o separativo del adjetivo varios al que se recurre, cuando el enunciado se refiere a un subconjunto del conjunto de iguales en alguna condición (Policías); esto para el caso de “Someterán a varios policías acusados de matar por encargo”.
En otras ocasiones, advierto que el uso del adjetivo “varios” sirve, para de inicio, dimensionar, sobre exaltar, como lo es para el caso del autor literario que ha publicado “varios libros” y ha ganado “varios premios” o que su obra ha sido incluida en “varias antologías”. De esa manera veo lo útil de lo inútil. Saludos y afectos.

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