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ORTO-ESCRITURA

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Freddy Bretón: Mis amigas las palabras

 

El doctor Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, presentó el nuevo libro de monseñor Freddy Bretón Martínez, obispo de Baní el pasado miércoles. A continuación un segmento de su discurso:

Mis amigas las palabras, que damos a conocer en esta X Feria del Libro en Baní, está dividido en dos bloques y cada uno contiene varias secciones con sus correspondientes títulos que funcionan a modo de capítulos. Con un lenguaje claro, sencillo y directo, el autor redacta y transmite un mensaje que, al tiempo que edifica y orienta, eleva la conciencia y educa la sensibilidad.

Todo el libro está escrito en la lengua discursiva, vale decir, en un lenguaje directo, representativo y llano, aunque a veces al autor se le cuela la frase conceptuosa, el cultismo académico y la expresión elocuente y estética, como el siguiente pasaje que connota la vena literaria del ilustrado prelado:

“Dios no movió ni un dedo. En vano se oteaba el horizonte buscando el hiriente resplandor de la flamígera espada. Todo era cotidianidad embadurnada de oscuros nubarrones. Que nadie miente batallones de las sublimes huestes celestiales, pues ni un pobre ángel se vio cruzando el cielo. Solo se oía el barullo de enronquecidas voces, hostiles y vulgares. Para una sed abrasadora, la sucia esponja húmeda en vinagre. Fue exhibida la miseria de la carne en los lábaros.

Quejidos, estertores, graznidos… y así llegó la muerte, solapada, cobarde. Se entronizó el rotundo silencio de los muertos, pero ni siquiera esto logró impresionar a la canalla” (Mis amigas las palabras, p. 104).

El elevado sentido del misterio, que siempre ha concitado la atención de las mentes sabias e ilustradas, también ha sido pábulo, en nuestro sacerdote escritor, como se puede apreciar al ponderar la apelación que induce al hombre orillar el velo del misterio que asombra y desconcierta:

“Durante mucho tiempo, solo los iniciados tenían acceso a los misterios. Al venir Cristo al mundo, abre las puertas del misterio para que todo el que quiera pueda entrar en contacto con Dios. Y es precisamente esto lo que nos indica que nadie debe echar a un lado a Dios, declarándolo incomprensible. No es este un tema intrascendente, pues el mismo Dios toma partido: “Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salen y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Timoteo 2,3-4)” (p. 188).

Y una muestra de las inquietudes lexicográficas de nuestro prelado es el siguiente párrafo donde el estudioso de nuestro vocabulario ausculta el trasfondo de nuestro lenguaje, con sano humor y sosegada exploración, para mostrar el significado de algunas de nuestras palabras peculiares:

“En toda mi vida no he visto decaer la popularidad de la palabra boche en la Rep. Domi nicana. Si alguien se sentía acongojado por haber recibido un regaño, no faltaba alguien que, para consolarlo le dijera: No te preocupes, “los boches se dan de noche; los de día son consejos”.

En esta nueva obra literaria de Monseñor Bretón Martínez, agraciado cultor de mensajes divinos y fundador de la poesía mística en las letras dominicanas, la palabra es centro y cauce de sus inquietudes intelectuales y espirituales, y al mismo tiempo le sirven al autor para comunicar la convicción de los ideales y los principios que certifican el fundamento de su fe y la base de su doctrina teológica.

En Mis amigas las palabras fluye el instinto idiomático de un dignatario de la iglesia investido con la sabiduría espiritual del pastor que vive el sentido de la fe y disfruta la potencia de las palabras a la luz de la llama sutil y el entusiasmo trascendente.

Bruno Rosario Candelier

El Nacional

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