Opinión

Otra vez la corrupción

Otra vez la corrupción

La existencia de la corrupción, le preocupa al primer mandatario, quien desde un principio ha puesto en marcha viables mecanismos de control. Por tal razón, se convierte en obligatoriedad para todo funcionario no ceder a las tentaciones de los corruptores; mucho menos caer en las debilidades propias de algunos seres humanos que sueñan con ejercer una función pública de nivel privilegiado tan solo para enriquecerse.

Cada funcionario, en el ejercicio de sus funciones, ha de mostrar un comportamiento acorde con su investidura, correcto, siempre midiendo sus pasos, tomando la prudencia como arma de sabiduría.

¿Qué gana un funcionario de alto nivel, sorprendiendo a la sociedad denunciando por los medios que se han cometido actos de corrupción en la administración pública sin presentar pruebas?

¿Acaso se olvida que la presentación de las debidas pruebas que acompañan la denuncia ha de ser contundente?

Lo grave de todo es que en la mayoría de las ocasiones se termina perjudicando tanto aquí como en el extranjero la buena imagen de la cual es acreedor el país.

Lo cierto es que se aterriza en la autopista de la especulación cuando con cierta rapidez se hacen denuncias sensacionalistas sobre el flagelo de la corrupción sin presentar nombres y apellidos.

Y con esas ligerezas no se puede jugar. Puesto que entonces se correría el riesgo de medir a todos con la misma vara. Lo correcto sería siempre hacer denuncias con pelos y señales. Seguro estoy de que se comprobaría que no todos somos iguales.

Han existido y existen servidores públicos, gerentes de pies a cabeza, empezando por el presidente Danilo Medina, que nunca olvidarán (olvidaremos) las enseñanzas éticas de  don Juan cuando hablaba acerca de cuál debía ser la conducta del político al convertirse en funcionario público.

El Nacional

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