Opinión

Otra vez la seguridad

Otra vez la seguridad

El que comenzó la semana pasada es el quinto plan que diseña el gobierno del presidente Danilo Medina en busca de detener los crecientes robos y asaltos, mientras que en los mandatos de Leonel Fernández se realizaron otros cinco, en los que los militares tuvieron que auxiliar a la Policía en acciones de patrullaje y prevención del delito.

Apenas 9 meses después de ser juramentado como presidente de la República, Medina tuvo que autorizar en junio del 2013 que los militares patrullaran las calles de Santo Domingo, la capital y Santiago, debido al clima de inseguridad que se perfilaba.

De ahí en adelante se ha convertido en una rutina cada año el ministro de Defensa de turno o el director de la Policía anuncien al país un plan nuevo para detener la delincuencia, pero ninguno ha tenido resultado positivo, ya que la delincuencia continúa tomando las calles, en ocasiones con participación directa de agentes policiales y en otras con la complicidad de ellos.

El mal de la delincuencia o no se resuelve enviando militares a las calles para demostrar poder, sino aplicando medidas que contribuyan a eliminar los focos que generan ese mal social.

En la mayoría de los casos, no en todos, la delincuencia es fruto de la pobreza extrema que afecta a los sectores de escasos recursos, principalmente en los barrios de las grandes ciudades.

Esta es una realidad espantosa, es el caldo de cultivo y causa fundamental de la delincuencia que hoy afecta a nuestro país, como dijo ayer el director de Casa Abierta, el sicólogo Radhamés de la Rosa.

Sin embargo, expertos en seguridad aseguran que la mejor forma de combatir la delincuencia es a través de una labor de inteligencia, mediante la cual se ubiquen en los barrios a los reconocidos delincuentes y posteriormente se actúe contra ellos.

Aunque es cierto que la pobreza genera violencia y delincuencia, ese no debe ser un argumento valedero para justificar las acciones de estos bandidos que pretenden imponer su ley en las calles.

El Estado tiene la responsabilidad de garantizar seguridad a la gente, en eso todos estamos de acuerdo, pero deben emplearse métodos científicos y no operativos esporádicos, que al cabo de un par de meses desaparecen sin éxitos algunos, como está ocurriendo en la actualidad.

El Nacional

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