Opinión

¿Otro matadero electoral?

¿Otro matadero electoral?

Participar en las elecciones en las condiciones actuales, sin transparencia, sin garantías, sin equidad, ni libertad, es legitimar la dictadura del “Trujillo del siglo 21”. ¡Es preferible no acudir a la cita del 15 de mayo próximo!.

Sería más digna la abstención y el boicot, mostrándole al mundo la verdadera naturaleza dictatorial de Danilo Medina. O salir a las calles para reclamar el cumplimiento de la ley; imparcialidad en la Junta Central Electoral impidiendo que el presidente reeleccionista siga utilizando los recursos del Estado inaugurando obras todos los días, gastando 77 millones de pesos diarios en asfalto y 18 millones diarios en publicidad; chantajeando y atemorizando a los usuarios de la tarjeta solidaridad, el seguro médico, el bono gas y el bono luz para que voten morado.
En las condiciones actuales no se puede ir a elecciones. La JCE no puede ser juez y parte.

El pueblo dominicano camina hacia un cementerio pacíficamente a enterrar la débil democracia que construyó con muchos esfuerzos y sacrificios durante casi un siglo. ¡Y parece no saberlo!
Marcha como res al matadero para ser sacrificado y satisfacer la gula de los que se alimentan de tiburones putrefactos sin eructar, echando antes los principios en un vertedero de estiércol.

Danilo no se detiene ante nada en la búsqueda de sus objetivos primarios. Viola la Constitución y las Leyes sin ningún rubor convencido de que “el fin justifica los medios”, y de que la oposición muestra temor ante el inmenso poder que posee y utiliza para aplastar. Ha propiciado la degradación de la actividad política como nunca antes, ni siquiera en la “Era de Leonel”, que es mucho decir.

Sin ningún reparo ético, la patana de la reelección se va llevando consigo todo vestigio de honorabilidad y decencia a su paso sin dejar piedra sobre piedra que no sea destruida y convertida en polvo. ¡Jamás unas elecciones habían sido tan desiguales, ni tan atropellantes, ni tan corrompidas!
El gobierno del PLD no le teme a la oposición porque la oposición no se ha dado a respetar.

Se muestra conservadora, ambivalente, amaga, pero no da. Y en la política, como en la guerra, al que no da le dan. La oposición parece no cree en el poder transformador y revolucionario de las masas. Y solo ellas pueden detener la patana de la reelección, perversa y depredadora de todos los valores patrios.

En 20 años el PLD no ha propiciado una ley de partidos, ni modificado la ley electoral porque entiende que no lo favorece estando en el gobierno (si estuviera en la oposición otra fuera la historia) ya que sin esos instrumentos legales puede utilizar los recursos del Estado como lo hace.

El Nacional

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