¿Qué Pasa?

Padres deben enseñar hijos a gestionar emociones

Padres  deben enseñar hijos  a gestionar emociones

El hecho de que ya muchas adolescentes tengan noviazgos y relaciones sexuales a destiempo, y el aumento de casos de embarazos a esta edad, plantea numerosas interrogantes a los padres y a la sociedad. ¿Puede una adolescente de apenas 11, 12 o 13 años tener novio? y ¿Cómo se asume a esa edad una relación tomando en cuenta que se deben evitar las relaciones sexuales y los embarazos?

Es en esas edades cuando empiezan los cambios biológicos y físicos, y en consecuencia, modifican los comportamientos de la joven, según explica la psicóloga Soraya Lara de Mármol, quien agrega que esos cambios también están influenciados por la cultura a la que se pertenece, las creencias familiares y religiosas.

“Igualmente, los medios de comunicación son influenciadores en la construcción de la identidad, la autopercepción y la autovaloración. No es menos cierto que las canciones, las películas, las novelas y las redes sociales, por la exposición permanente, condicionan las conductas como estrategia de lavado de cerebro en masa”, dijo.

El noviazgo como relación se asume según los señalamientos anteriores, sin dejar de tomar en cuenta la idea del amor romántico y las presiones del grupo al que pertenece la adolescente, según la profesional que además es presidenta del Patronato de apoyo a Mujeres Maltratadas (Pacam). La adolescencia –aporta Soraya Lara- es una etapa en la que predomina el deseo sexual, la atracción y la inmediatez.

No se busca la información en una fuente confiable sino en su mismo grupo que podría estar en su mismo nivel de distorsión sexual (ideas erróneas sobre el noviazgo y la interacción sexual). Existe la posibilidad de encontrarse en una situación en la que tenga que ceder a las presiones de la pareja o su deseo de tener experiencias sexuales.

Gestionar emociones es lo ideal

Lo ideal es que las madres y los padres eduquen a sus hijas a gestionar las emociones desde muy temprana edad. Además, construir una identidad sexual femenina no supeditada a la procreación (tener hijos) desde muy temprana edad.

“Es importante conocer y separar la educación sexual de la prevención de embarazo. El problema básico radica en la falta de educación sexual y las distorsiones que se construyen en torno a ella. La sexualidad no se niega, no se oculta, se educa para que se conozca y se le ofrezca un marco de orientación de lo que implica la sexualidad afectiva. En nuestra cultura cuando se habla de sexualidad solo se piensa en la penetración coital y en los embarazos”.

La cultura proporciona a la familia conocimientos, costumbres y creencias que se convierten en reglas que la gobiernan y que, en consecuencia, se responden a ellas como una realidad absoluta e incuestionable.
Es un factor de riesgo que las menores de edad sean seducidas por hombres adultos que les lavan el cerebro para convertirlas en presas u objetos para su satisfacción sexual.

Lara dice sentirse preocupada de que se responsabilicen solo a las madres y a las menores dejando a los padres fuera, quienes son igualmente responsables, ya que estamos hablando de modelos de socialización sexual.

¿Y si mi hija se embaraza?
¿Y si mi hija sale embarazada siendo muy joven o adolescente, que hacer? Muchos padres entendemos que lo que sigue es darle apoyo. A esto la psicóloga agrega que si los padres forman una unidad de apoyo y protección, la adolescente aprenderá a seguir hacia delante, superar la adversidad y no repetir la experiencia.

Por eso hay que ofrecer apoyo, orientación, enseñarle a cuidar su salud y la de la criatura en gestación. Acompañarle a las visitas médicas. Procurar se alimente adecuadamente. Facilitar informaciones sobre el desarrollo de la criatura. Guiar en la crianza para que desarrolle habilidades. Estimularla a continuar con su educación.

Se debe además permitir que fortalezca su vínculo madre-criatura, y dejarla que asuma su compromiso, le enseñará las implicaciones que ha tendido para su desarrollo personal y en sus actividades sociales.

Las medidas que debemos tomar los padres van más allá de revisar roles y estereotipos “es también que los padres y las madres se comprometan a educar sexualmente. Reconocer que para orientarlos deben adquirir los conocimientos básicos que eviten las distorsiones sexuales que se transmiten a través de los mitos, tabús, prejuicios y discriminaciones. No se puede seguir de espaldas al desarrollo sexual de las hijas e hijos”.