Opinión

Palabra devaluada

Palabra devaluada

Por los hechos ocurridos en los últimos tres años, no cabe duda de que la palabra del presidente Danilo Medina ha sufrido una altísima devaluación en amplios sectores del pueblo dominicano.

Cualquier persona que se respete -necesariamente- siempre deja de creer en quien le dice una cosa y, en la práctica, hace otra.
A través de este pequeño espacio, adelanté que la gente no volvería a confiar en Danilo porque hizo rodar por el suelo su sagrado juramento frente a la tumba del profesor Juan Bosch, su hasta entonces líder en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Además, los dominicanos hemos visto cómo él y su equipo fueron capaces de ensañarse contra el ex-presidente Leonel Fernández y emplear a un condenado por tráfico de drogas para que mancillara la moral de quien lo subió políticamente para que pudiera llegar al Palacio Nacional,
De igual manera, Medina violentó todos los procedimientos morales para conseguir la modificación de la Constitución que él juró defender en la solemne Asamblea Nacional.

Si fue imparable para violar la Constitución de la República, mucho menos se detendrá para hacer lo que sea a fin de imponerse con otro engaño más en las elecciones de mayo venidero.

Eso obliga a que los sectores sensatos se preparen para lo peor porque esa gente da para cualquier cosa por quedarse en el poder.

El Presidente se tapa los ojos y los oídos para no ver ni escuchar los reclamos de la gente
Sólo hay que ver la forma en que nuestro presidente maneja los recursos del Estado para manipular las encuestas y los medios de comunicación.
Eso da grima e indignación.

Mientras las grandes mayorías pasan todas las calamidades en los hospitales públicos y el gobierno retuerce la situación desastrosa de las tandas extendidas y de los profesores en las escuelas estatales, la primera autoridad del país acaba con el aparato productivo nacional y emplea a su favor los fondos del Erario para adhesiones partidarias.

Lo grande es que -en vez de ser humilde y admitir su mala actuación en la denominada “Silla de Alfileres”, él se tapa ojos y oídos para no escuchar ni ver los reclamos que hacen los pobres y la clase media. Sin embargo, soy de los que creen que esas mentiras se desmoronarán a partir del 15 de mayo próximo

El Nacional

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