Opinión

Para la Asamblea Revisora

Para la Asamblea Revisora

SANTIAGO.- En el principio de la presente, hacemos un aparte especial para el grupo de congresistas que contra vientos y mareas, mantienen su propia ética y moral, sin dejarse adocenar y mucho menos presionar, entre los/as que nombramos especialmente a las Diputadas Magda Rodríguez Azcona y Minou Tavárez Mirabal, y al Diputado Dr. Víctor Terrero, por ser quienes dieron la cara por nosotras y recibieron la embestida inmoral de la cúpula manipuladora de la iglesia. Pero hay que resaltar también, la postura prudente de los congresistas médicos del Partido de la Liberación Dominicana, que impidieron que el tema de la constitucionalización del aborto se guisara rápido y a fuego alto, beneficiándolos con la duda de las buenas intenciones, porque a pesar de que no recibieron el mandato o línea bajada desde arriba, si están llamados a discutir una propuesta, como el artículo 30, presentada a la Asamblea por su presidente.

Las dominicanas somos las que elegimos candidatos y en los últimos treinta nos años, hemos esforzado por participar activamente en el ejercicio de una ciudadanía mutilada en derechos, precisamente para mejorarla, sin embargo, en estos días constitucionales, hemos visto “al diablo venir” desde una Asamblea Nacional que desnudó sus debilidades y limitaciones con una desvergüenza que sobrecoge a todo el país.

Ya es difícil ver que sean ustedes incapaces de entender que constitucionalizar el aborto niega la vida a las mujeres y a las niñas más pobres, es decir, a la mayoría de las dominicanas, y que frente a la injusticia de imponernos decisiones de muerte propia siempre, la posibilidad de que podamos elegir, si queremos o no morir, es la democrática, pero ver como con sus partidos políticos nos borran desde  cúpulas, es demasiado para nosotras. 

Proponen más penalización total, nosotras queremos despenalización parcial: (Su propuesta nos obliga, la nuestra permite escoger, cuál es más sensata, respetuosa y democrática?)

Ustedes, señores congresistas de la Asamblea Nacional, nos buscaron en épocas electivas, nombrándonos en discursos rimbombantes para prometer la defensa de nuestros derechos, y nos traicionan al primer intento por treinta monedas que vienen, ¡oh paradoja!, de las manos de católicos mensajeros, impecables sepulcros blanqueados a fuerza de ejercitar su doble moral. (Aclarando que se ha denunciado que las monedas esas, en realidad son 20 millones de dólares).

¡Qué pena tener que decirles que su dignidad en conjunto, como gestores y representantes de los partidos políticos, queda expuesta por su propia actuación, exaltada, altisonante, hueca e hinchada, teniéndoles que recordar los abortos propios, a queridas, hermanas, hijas y mujeres, en clínicas y en condiciones adecuadas y los prontuarios en materia de género, muchas veces conocidos!

A ustedes, verdaderos agentes de la muerte, tenemos que decirles que han traicionado a la socialdemocracia; a la misma democracia cristiana, la de los pueblos, no la de las jerarquías eclesiales; y a al sueño de alcanzar una nueva democracia, inclusiva, institucional para todos y todas.

Así se exponen ustedes en la vitrina nacional cuya audiencia, mayormente de mujeres madres, mujeres hijas, mujeres todas, acabamos de poner una alegórica cruz sobre sus nombres.  Que el masculino Dios de los poderosos, previas jaculatorias pagadas, pueda perdonarles!

El Nacional

La Voz de Todos