Opinión

Paraísos fiscales

Paraísos fiscales

Orlando Gomez

Con la salida de los llamados “Papeles del Paraíso” lo que se suma al anterior escándalo de los “Papeles de Panamá”, vuelve a la palestra la discusión sobre los paraísos fiscales y la legalidad de las acciones de personas y empresas que emplean vehículos corporativos en paraísos fiscales por diversas razones. Una cosa debe estar clara, la acción en si misma de manejar estructuras patrimoniales a través de paraísos fiscales no es ilegal, ni tener una supone por si mismo la existencia de actividades ilegales.

La reacción de indignación por el uso de paraísos fiscales para estructuras patrimoniales es razonable. La figura ha sido usada en el pasado para encubrir acciones ilegales, a primera vista no luce como una acción ética, y por lo general el acceso a este tipo de estructuras queda limitado a personas que manejan mucho dinero tanto por su costo, complejidad y muchas veces por la naturaleza de sus ingresos.Es en si, un “producto para ricos”.

No obstante lo anterior, la realidad es que elempleo de paraísos fiscales para la estructuración de patrimonios tiene muchas razones legítimas. El empleo de la figura no sólo es útil para reducir el impacto fiscal en si de una persona o negocio, sino para reducir los costos de cumplimiento tributario que tienden a aumentar exponencialmente en la medida que los ingresos que recibe una persona o negocio están diversificados a través de múltiples jurisdicciones.

Más aún, una de las causas más comunes, y es una pena que deba decirse, es que no todos los países son iguales. Las personas con dinero en países donde no existe seguridad jurídica, y donde los riesgos de inestabilidad política y de seguridad física y de la información son altos, emplean paraísos fiscales no sólo para proteger su patrimonio de cualquier acción medalaganaria del Estado sino para su propia seguridad física y la de su familia.

Todo lo anterior dicho, el que se tenga que emplear este tipo de estructuras no me luce como una situación ideal. No me luce adecuado buscar soluciones a través de castigar a países y jurisdicciones que facilitan estos esquemas ya que se atenta directamente contra las acciones soberanas de una nación. Pudiera ser más razonable y económicamente eficiente que los países que ven como sus nacionales acuden a estos paraísos fiscales, analicen sus propios esquemas internos de incentivos tributarios.

La crisis financiera del 2008 provocó una reacción tributaria salvaje de los gobiernos en todo el mundo desarrollado, lo que ha impulsado a miles de personas que antes no hubieran considerado estos esquemas tan complicados hacia los pies de los paraísos fiscales en búsqueda de protección. La culpa no recae únicamente sobre los clientes finales, sino también en los mismos Estados.

No hay soluciones claras, ni salidas fáciles a este tema. Lo que sí, nosotros como público general, debemos estar conscientes de que el uso de estas estructuras no es inherentemente malo o ilegal, y tenemos que tener mucho cuidado de no juntar a mansos y cimarrones.

El Nacional

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