Editorial

Pasos necesarios

Pasos necesarios

El Banco Central ha decidido intervenir en el mercado con la inyección de hasta 100 millones de dólares, para revertir la tendencia alcista que ha observado la tasa de cambio. Se trata de medidas controversiales, pero en momentos como los actuales la incursión, siempre que se garanticen los efectos, es un paso necesario.

Puede que no haya más razones que la especulación para el deslizamiento en la prima del dólar. Pero la realidad es que con el incremento de la tasa de cambio se habla de una falta de liquidez que ha reducido a su mínima expresión al menos las actividades comerciales.

Sin duda que las autoridades monetarias se han dado cuenta del problema, y antes de entrar en discusiones que pudieran causar nerviosismo han optado por manejarse con la mayor cautela. De ahí que primero se hayan propuesto estabilizar la tasa de cambio para luego bajar la tasa de interés.

El Banco Central ha sorteado fuertes presiones sobre la tasa de interés, pero al anunciar que la flexibilizará desde febrero es porque se ha dado cuenta, aunque invoque otros factores, de que la economía necesita un respiro. El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) se ha quejado en múltiples ocasiones de las limitaciones a la competitividad a causa de las restricciones financieras.

Al anunciar las medidas, el gobernador Héctor Valdez Albizu expresó que no hay razones de política monetaria ni fiscal para que la prima del dólar haya aumentado. Y para despejar cualquier duda aclaró que los pagos al sector eléctrico se han cubierto con recursos externos.

Pero al margen de consideraciones es saludable que la Junta Monetaria, como anunció el gobernador del Banco Central, haya dispuesto un mecanismo de liquidez de corto plazo para que las entidades de intermediación financiera puedan satisfacer parte de la demanda de recursos con motivo de las fiestas navideñas.

Porque lo cierto es que la falta de liquidez y el alza en la tasa de cambio tienen a la gente al grito y han colocado contra la pared a gente de la industria y el comercio. Para la flexibilización de los intereses bancarios habrá que esperar a febrero, después de la aprobación del Presupuesto para 2009, debido a que en la pieza se prevé un ajuste del déficit del Gobierno de un uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Desde ya, sin embargo, se han planteado reservas basadas en que si el Gobierno, en lugar de reducir no hace más que aumentar sus cuantiosos gastos, es difícil que se puedan alcanzar las metas. Quizás si las políticas monetaria y fiscal anduvieran de la mano, otra cosa fuera.

Sin embargo, hay que confiar en que las autoridades han previsto todos los mecanismos para que la inyección de divisas y el mecanismo de liquidez surtan efectos en una economía que necesita dinamizarse.

El Nacional

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