Semana

Paz y harmonía  en el mundo

Paz y harmonía  en el mundo

 

(1 de 2)

Capítulo 1
Respirar aire puro

Todo comenzó cuando mi familia y yo estábamos aburridos en nuestra casa por lo que decidimos irnos de camping al bosque. Una hora después empacamos nuestros bultos, sacos de dormir, comidas y nos fuimos.
Cuando llegamos al Parque Nacional de Valle Nuevo ya se había hecho de noche, así que montamos nuestras tiendas de campaña e hicimos una fogata. Cenamos pescado frito con agua fresca, dormimos muy bien esa noche.
Llegó la mañana, todos sacamos nuestras toallas y ropas e hicimos la cola para bañarnos. Después nos preparamos otra vez y nos fuimos. Llegamos a un lago para pescar. Yo tuve que sacar mi red y le puse un gusano. Esperé un rato hasta que un pez se enamoró de mi gusano y lo agarró, así que lo eché en el cubo y nos fuimos a una parte muy hermosa del bosque. Ahí mismo armamos nuestras tiendas de nuevo, cenamos pescado horneado y nos pusimos nuestros pijamas y a dormir de nuevo. Nos esperaba un día muy largo.

Capítulo 2

La fuente del bosque

Estábamos sedientos de caminar por días, cada hora orábamos a Dios para que nos diese agua. Un día encontramos una fuente llena de agua pura y limpia, mi familia y yo casi nos bebimos toda la fuente en un pispás, pero sabíamos que también había más personas sedientas, así que no nos la tomamos toda. También llenamos nuestros termos de agua. Caminamos, y mi tía tejió una canasta hecha de plantas para que recogiéramos frutas como cerezas, manzanas y uvas. Nos dimos un buen manjar en la hora de la merienda.
Después con una calabaza jugamos futbol chicas contra chicos y ganaron las chicas (se nota que somos mejores que los chicos, sin ofender). Toda esa agua limpia nos dio más energía. Después jugamos bolos con botellas de agua y cocos, esta vez ganaron los chicos (solo porque nos daba pena, por nada más). Y después nos tomamos una dulce agüita de coco. Yo hice lazos de hojas esa noche para el concurso de modelaje y gané, porque soy la más bonita (soy sincera). Esa noche cenamos puré de patatas que estaba súper rico, y dormimos muy tranquilos.

Capítulo 3
La puerta al otro mundo

Mi familia y yo estábamos cansados de caminar así que paramos por un minuto. Justo en ese momento choqué con algo. Cuando me di la vuelta era una puerta que parecía muy rara. Entonces abrimos la puerta. Justo cuando entramos vimos muchos castillos y banderas con varias personas disfrazadas de hadas, sirenas, reyes, reinas, plebeyos y doncellas. A mí lo que más me interesó fue la sirena que estaba en la fuente saltando y haciendo piruetas. A mi tío Pascual solo le interesó el hombre que estaba vendiendo mangos. En ese preciso momento una mujer nos preguntó qué hacíamos ahí, le dije que ni yo misma sabía. Mientras le respondí, unos hombres estaban tocando trompetas. En ese instante un señor gritó: – ¡SE DECLARA LA GUERRA! No sabía de qué estaba hablando, pero tenía un muy mal presentimiento. Entonces la mujer nos llevó a un lugar sin luz y con muchas literas.
Ahí encontré lo que más me gusta de todo, todísimo: una pequeña casita repleta de libros.
La autora del cuento, Camila Rossi, es una niña de 9 años.

El Nacional

La Voz de Todos