Opinión

Pelando el diente

Pelando el diente

Se emiten muchas opiniones inherentes al primer año de gobierno del presidente Danilo Medina, en algunos casos dimensionando sus ejecutorias y otorgando una valoración superior a la que corresponde en términos objetivos.

Se promociona la austeridad de la presente administración, pero la parasitaria nómina pública hoy día es inclusive superior, lo que revela que no se ha renunciado  al clientelismo. Y el cuerpo diplomático en el exterior, el más abultado del mundo,  sigue intacto. ¿Dónde está la austeridad?

A diario se habla de transparencia, pero ¿no están en los mismos cargos los funcionarios desfalcadores, envueltos en grandes escándalos de corrupción pública, en la gestión de Leonel Fernández Reyna, presidente del mismo partido al que pertenece el actual mandatario?

El balance es desfavorable, porque Danilo Medina nos metió una reforma tributaria que ha disparado los precios de bienes y servicios, sobre la base de un déficit fiscal  superior a los 200 mil millones, sin explicar públicamente el origen del agujero. Y los costos de los carburantes no dejan de subir, pese a las condiciones preferenciales que ofrece Petrocaribe. ¿Eso es transparencia?

Se hizo una fiesta de nacionalismo con el intento de modificar las condiciones del leonino contrato con la Barrick, pero, ¿acaso no fueron sus propios compañeros de partido los responsables de ese mafioso acto, tan mafioso como el préstamo de la Sun Land?

A pesar de que el país fue colocado entre los de mayor corrupción pública y hay pruebas contundentes que comprometen a funcionarios públicos, el presidente Medina lo que ha hecho es garantizarles impunidad a sus compañeros del Comité Político. Ninguno ha sido sometido y nada dice de la deficiente justicia y el tollo institucional prevaleciente.

Que a diario haya cantaleta publicitando austeridad y transparencia del presente gobierno, sobre todo en las reconocidas bocinas, no causa sorpresa. El ridículo lo hacen otros que estuvieron en la acera del frente y que pretenden hacerse los graciosos con el gobierno, resaltando “la gran obra gubernamental”. Eso se llama pelar el diente.

El Nacional

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