Opinión

Personas adultas mayores

Personas adultas mayores

La situación de la población mayor de 65 años de edad, permanece invisible en nuestro imaginario, y la falta de seguridad social, de salud y de protección en general, en una edad crucial, hace obligatoria la referencia sobre este grupo etario.

La reflexión bien puede partir de la descripción situacional que hace Julia Pérez, de la Unión de Asociaciones Familiares (Unaf), en España, cuando dice que el progresivo envejecimiento de la población y su repercusión en las situaciones de dependencia funcional y emocional favorece que las personas mayores se hayan convertido en uno de los grupos sociales más susceptibles de sufrir abuso, malos tratos y violencia.  Como consecuencia de la desigualdad, en nuestra región, las mujeres adultas carecen de ingresos propios, convirtiéndolas en las más vulnerables de este grupo.

Para visualizar el problema, podemos ver la diferencia socio cultural entre las personas adultas mayores con la nota anecdótica siguiente: cuando muere el patriarca, es frecuente que hijos e hijas hasta discutan por recibir a la madre viuda, porque significa, frecuentemente, una ganancia en términos domésticos siendo una especie de “ama de llaves” no remunerada, que facilita la vida de la familia que la acoge, con el plus de cocinar buenísimo, atender a la gente menuda, saber los secretos mejores para rendir presupuestos y hasta lavar y planchar perfectamente.

  Sin embargo, cuando es la madre quien muere, las cosas son diferentes y poca es la pelea por un adulto mayor viudo, dependiente hasta para colar café, preparar alimentos simples, mantener su espacio y ropa limpios y en fin, ocupar su tiempo “doméstico” para el que no fue preparado. Entonces, es frecuente que hijos e hijas, a poco de su viudez, consideren que “a papá hay que buscarle una compañera, si posible una solterona tranquila, porque está muy solo, el pobre”, alentándolo en ese sentido.

Actualmente, en América Latina y El Caribe, viven más de 40 millones de personas con más de 65 años, aproximadamente el 7% de la población total, y es notable la diferencia por sexo, cuando las cifras muestran que las mujeres que no reciben ingresos propios, superan al menos dos veces las de los hombres en ese grupo, el 27% de ellas en las zonas urbanas y el 30% en las rurales.

En 8 países de la región, incluyendo el nuestro, más del 75% de las adultas mayores de 65 años no perciben jubilaciones o pensiones retributivas, problema que se agudiza por la expectativa mayor de vida en las mujeres, haciéndolas más dependientes y vulnerables al maltrato de sus derechos y su salud.       

En nuestro país, tenemos que empezar a mirar hacia las personas adultas mayores. ¡Ya es tiempo!

El Nacional

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