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Petróleo como arma de chantaje

Petróleo  como arma de chantaje

Los mecanismos de los Estados Unidos en su insepulto propósito de hegemonía planetaria varían conforme a los tiempos, que inicia el Destino Manifiesto postulado por el presidente James Monroe: el Big Stick del presidente Teodore Roosevelt; la Diplomacia de las cañoneras del presidente Woodrow Wilson; el anticomunismo del presidente Dwight David Eisenhower; el reacionarismo de los presidentes Lyndon Johnson y Ronald Reagan; el anti islamismo de los presidentes George Bush padre e hijo y el anti ISIS, la transparencia, honestidad, el fracking, los derechos humanos y la diplomacia del diálogo del presidente Barack Obama.

La expolio al indio norteamericano desalojado de sus heredades y recluidos en “reservaciones”, una versión a cielo abierto y al descampado del gueto que padecieron los judíos antes de fundar en l948 su hogar nacional con el Estado de Israel, como tenía que ser, y que impiden a sus hermanos de sangre los palestinos, como tendrá que algún día también ser, y el insepulto racismo contra los africanos que conformaron con trabajo esclavo los cimientos de la opulencia de la primera economía mundial no obstante padecer una terrible guerra civil, dos gravísimas ofensas a los derechos humanos.
Es un rosario de infamias contra los más elementales derechos humanos, unos de los mecanismos de chantaje que accionan los Estados Unidos que se arrogan la facultad que nadie les ha otorgado, de monitorear la conducta en esa asignatura de los 193 países que son la membresía de las Naciones Unidas, cuando el Ku Klux Klan aún merodea por las barriadas negras y cuando un negro adquiere un inmueble en un área de blancos, estos se van mudando y al final solo quedan negros. ¿O no es así?

En la era de confrontación contra la entonces URSS que colapsó por anomia en 1989, finalizando la Guerra Fría que comenzó luego de concluir la II Guerra Mundial (l939-l945), la paranoia de los Estados Unidas, cierta o real, fue el mecanismo de chantaje contra los opuestos al libre mercado, y que no degeneró en una II Guerra Mundial porque los esposos Julius y Ethel Rosemberg pasaron a la URSS los secretos atómicos, y entonces advino el salvador “equilibrio del terror”, mucho antes del presidente John Fitzgerald Kennedy expresar en su discurso de juramentación: “En una tercera guerra mundial los sobrevivientes envidiarán a los muertos”.

La política anti droga de los Estados Unidos es otra arma de chantaje donde también se auto facultan expedir certificados de “buena conducta” en materia de control del narcotráfico, cuando su país es el mayor receptor clandestino de drogas, donde nunca se registra un solo caso de decomiso de un gran storage, sino chilaticas, y en que Afagnistán, donde intrusian junto al Reino Unido desde el 7 de octubre del 2001, produce el 80% de amapola del mundo (El País 13-11-14), que elabora la cocaína, un negocio sucio y sangriento que legalizarlo termina, pero que moviliza más de US$60 mi millones al año.

Los estilos y normas del chantaje con el irrenunciable propósito del hegemonismo insomne se traduce ahora en desnudar las inconductas indecorosas de gobernantes manejando recursos económicos apreciables, conforme apreciamos con el escándalo de los Papeles de Panamá, donde grandes magnates depositan enormes sumas de dólares bajo la cobertura de los offshore que garantizan el secretismo con el doble fin de evadir impuestos en sus países de origen y honrar “honorarios” a políticos corruptos y sicariato de envergadura.

Los offsosres no están legalmente prohibidos, conforme expone con sus reiterados destellos talentosos el jurista Eduardo Jorge Prats en HOY del 8 de este mes, pero su motivación fundamental consiste en evadir los recursos habidos en sus países de origen para perjudicar los ingresos fiscales, una coyuntura que los Estados Unidos entienden merma sus ingresos cuando su déficit fiscal es de un manicomial de US$45.9 mil millones a enero 2016.

Desde hace un tiempo más que prudente, Estados Unidos ha tratado con Panamá de encabestrar los offshore sin conseguirlo, porque la economía del istmo se decanta no por producción agropecuaria ni industria, sino por una banca con un componente sustancial en el secretismo, donde funcionan unos 150 bancos más los ingresos del canal, que definen a Panamá como un país de economía de servicios.

Pero la paciencia del imperio es breve, como de los amores recientes, y a la coyuntura de los offshore se imbricó la nueva modalidad del chantaje de desbancar a gobernantes por el apelativo de la corrupción, como acontece con la gobernante de Brasil, Dilma Roussef, al borde del impeachment, que se producirá, no por la vinculación carioca al ALBA chavista, sino por la expansión de Brasil en sus gigantescas empresas constructoras que han restado una parte considerable del pastel al tío Sam, ahora en la picota de Odebrecht y Andrade Gutiérrez.

Los Papeles de Panamá supuestamente involucran al zar de Rusia, Vladiimir Putin, al presidente chino Xi Jin-ping, al hasta entonces primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugson, obligado a dimitir por presión popular, al primer ministro del Reino Unido, David Cameron, al primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif y hasta al muy pro USA flamante presidente de Argentina, Mauricio Macri, es decir, a mansos y cimarrones, pero de igual manera, un guiño letal para gobernantes.

El Nacional

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