Un diseñador de artes manuales reclamó justicia en el caso de un hijo suyo que hace dos años fue atropellado por una mujer con un vehículo en el sector de Gualey, en el Distrito Nacional, y el caso sigue en la impunidad.
Ramón Ernesto Medrano se quejó de que pese a que presentó la querella en marzo del 2010 sobre el accidente en el Tribunal de Tránsito le dieron larga al proceso y luego libertaron la acusada por alegada falta de calidad.
Del hecho fue acusada Ivonne Ernestina Vallejo Soto, quien habría provocado el accidente ocurrido frente a un colmado de la calle 14 esquina 25, de Gualey, heridas graves al niño Preby Medrano, en ese entonces con nueve años de edad, y a la señora Clara Navarro.
Medrano visitó El Nacional junto al menor, al que a causa del accidente hubo que amputarle una pierna y fue mantenido interno en el hospital Plaza General Plaza de la Salud durante más de un mes, por la gravedad de las heridas.
Sobre el caso, la fiscal adjunta Thania E.Valentín Pérez pidió condenar a la acusada a dos años de prisión y una indemnización.
Los abogados de Medrano plantearon una demanda de 1.5 millones de pesos para cubrir la deuda contraída en Hospital General Plaza de la Salud y la entrega de RD$46.0 millones a las partes afectadas como compensación por los daños a la salud provocados al menor y la señora Navarro durante el accidente.
Sin embargo, la jueza Argelia Sención Santana dispuso cerrar el caso por alegada falta de calidad del padre, por no haber presentado el acta de nacimiento del menor y porque la matrícula que presentó la compañía Seguros Pepín, S.A., no correspondía a la del vehículo que conducía la acusada Vallejo Soto, que según el expediente era marca Geo, placa A391277.
Medrano manifestó que a causa de las heridas sufridas por su hijo tuvo que contraer una deuda superior 1.5 millones de pesos en el centro asistencial y realizar gastos elevados en medicamentos para salvarle la vida al pequeño.
Pese a la pérdida de una pierna, haber tenido la vida en peligro y de provocar heridas a una mujer, dijo que la jueza rehusó hacer justicia, por lo cual apeló el caso ante la Corte de Apelación de Santo Domingo, donde espera que el caso no quede impune.
Al definirse como un humilde diseñador de artes, que se busca la vida para el sustento, Medrano consideró que el caso del menor demuestra que en el sistema judicial hay jueces que se tornan ciegos cuando se trata de aplicar justicia a favor de la gente pobre se trata.
