El Consejo Nacional de Cooperativas y la Federación Dominicana de Cooperativas plantearon hoy que no se oponen a que ese sector sea regulado, sino que plantean que sea sometido a una regulación especializada, que incluya la conversión del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) en una Superintendencia de Cooperativas.
Julio Fulcar, presidente del Consejo y Enrique Quiñones, de la Federación, plantearon que el sector cooperativo dominicano tiene más de 20 años reclamando planteando que se tome una decisión al respecto.
Fulcar, quien es también diputado del Partido Revolucionario Moderno por la provincia Peravia, dijo que sometió con el apoyo de 48 diputados de todos los partidos un proyecto para la creación del Código Cooperativo, que tendría 35 reglamentos de aplicación para que puedan accionar sobre los diferentes tipos de cooperativas que existen en el país.
Precisó, durante la visita que ambos realizaron esta mañana a la redacción de El Nacional, que existen cooperativas de ahorro, consumo, agrícolas, de productores diversos, por ramos profesionales y oficios, además de empresas medianas y grandes, cada una de las cuales tiene características particulares, que deben ser tomadas en consideración en los reglamentos de aplicación del Código Cooperativo.
Tanto Fulcar como Quiñónes son de opinión que las cooperativas no pueden ser reguladas como un intermediario financiero clásico.
Tampoco se ubicaron como competidores del sistema financiero nacional.
Al respecto, indicaron que debido a que las cooperativas no manejan cuentas corrientes, ni emiten tarjetas de crédito y débito, todo el movimiento de los recursos que manejan es a través de los intermediarios financieros nacionales.
Destacaron que son “aliados estratégicos de los bancos” donde tienen depositados los 120 mil millones de pesos, que dicen tienen como activos las cooperativas nacionales.
Otra limitante que observan y que a su juicio limita que las cooperativas sean supervisadas por la Superintendencia de Bancos, es que la actual Ley Monetaria y Financiera no reconoce la calidad de “socio” sino que a los participantes se les reconoce como “clientes”.
Dijo que las cooperativas tienen un millón 700 mil socios, distribuidos en diversos sectores.
Indicaron que no entienden a qué se debe la presión para que las cooperativas sean reguladas igual que el sistema financiero formal.
Observaron que si se debe a que cobran tasas de interés menores y tienen márgenes de intermediación también bajos, lo que deben hacer los demás jugadores, ante el crecimiento constante de las cooperativas es ajustar esos márgenes.
