Reportajes

Pierden el rigor científico; Los políticos dominicanos  prefieren las encuestas a la carta y sin sorpresas

<P>Pierden el rigor científico; Los políticos dominicanos  prefieren las encuestas a la carta y sin sorpresas</P>

Toda encuesta es una impresión del momento. La posibilidad de extender ese instante y hacerlo parecer firme y duradero, al menos hasta los comicios, pasa por la habilidad política para lograrlo, atrincherado en recursos de importancia.

Sin embargo, el tiempo político es un factor a considerar: las elecciones de 1962 se hicieron sin encuestas, con enorme precariedad y sin instrumental tecnológico y sin embargo, nadie dudó de sus resultados correctos porque, entre otros factores, carecieron de la sustancia aditiva que mantiene a los postulantes apegados al poder (origen, no único) de muchos males nacionales, y de la intención de hacer fraude, incluido el económico, que no es desconocido en los comicios.

Dirigida con maestría y sistematicidad puede crear una percepción y de ahí, derivar en una tendencia, una creencia o una especie de sistema de creencia momentánea, que tenderá a cambiar y a mostrar su verdadera realidad cuando ya sería tarde para variar resultados.

En el pasado ha habido candidatos vendidos como pasta de jabón por una hábil publicidad que supo cautivar con ofertas difíciles de rechazar.

La encuesta no es cosa sencilla. Tiende, si se la publica en el tiempo correcto, en el momento adecuado, justo en la diana de la pasión nacional, a dirigir a la opinión pública y no simplemente a mostrar una tendencia política.

Una buena publicidad  política ofertaría, por ejemplo:

¿Quiere usted  aparecer cándido, seguro de sí mismo, libre de pecado, impecable en todo?

Ya se sirven, no desde ahora, pero llegada es la hora de precisarlo de una vez, encuestas a la carta.

Usted la puede encargar lo mismo para regidor que para emperador de todo el territorio. No hay límites taxativos.

El  único problema consiste en que aquí no hay tradición monárquica, no es, por supuesto, nuestro problema. Ahora bien, si escoge usted la tarifa Premium, ese problema también se lo resolvemos.

Comoquiera, ya hubo un marqués de Las Carreras que se ganó la presea en base a sus denodados esfuerzos en pro de la corona de la que unos patriotas querían desprender a la República en el siglo XIX.

Por los resultados de los muestreos no hay que preocuparse:

Ahí no hay sorpresas que atender ni cifras que no pudieran ser modificadas.

Nos ajustamos adecuadamente al presupuesto de que usted disponga. Somos flexibles pero recuerde nuestro bien ganado prestigio.

La encuesta a la carta es un servicio tan eficiente que hay demandas de ellas por todas partes.

Y mientras más se acerque el temblor electoral de mayo del 2012 mayor fuerza cobrarán las demandas. Ya nos estamos preparando con un ejército de muchachos para lanzarlos a las calles a recoger sus impresiones  libres, abiertas.

Del manejo interno nos encargamos prestamente por acá.

Los arreglos, como se habrá dado cuenta, no son como los que se le hacen a una composición musical, pues de números se trata, sino de una serie de estrategias que van dirigidas  al ego personal, al suyo, que le demanda a gritos que se postule y que se prepare para mandar.

Si se trata de que usted tiene, por ejemplo, una universidad, nosotros le hacemos los arreglos para que tenga usted el personal adecuado que recibirá el entrenamiento que usted tanto necesitó para que lo coloquen en el primer lugar de preferencia.

Las encuestas requieren ingentes y denodados esfuerzos de modo que si tiene usted los dineros que se requieren no hay escollos que no podamos salvar para lo que demanda la ocasión.

Por otro lado, si usted la quiere sincera, que dé los resultados ajustados no sólo a su presupuesto sino a la realidad, usted siempre tendrá la opción de guardársela.

Por supuesto, dada nuestra experiencia  en la materia, nos vemos obligados a cobrarle por adelantado el cincuenta por ciento de los costos.

Nuestra respetabilidad en materia de acomodos cifrables está garantizada.

Hubo un candidato al que colocamos puntero que hasta él mismo se sorprendió de nuestra agilidad y nuestros cálculos probabilísticos.

Los tipos encuestas

Hay encuestas que se encargan para diseñar estrategias de mercado ante el electorado, pero a otras les alteran los resultados para presentarlas ante la opinión pública y tratar de incidir en la intención del electorado. Sin embargo, hay encuestadoras serias.

El Nacional

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