Opinión

PLD 2016

PLD 2016

POR: Eduardo Álvarez
cenitcorp@gmail.com

 

Primer acto, escenas sucesivas. Gobierno de Leonel Fernández, en el que es redactada una constitución que permite al Presidente volver al poder en el 16, una vez más. Antes de salir, mueve cielos y montañas para mantener el control de las altas cortes judiciales. Todo marchaba de maravillas, hasta la aparición en escena de otro mandatario.

Segundo acto, escenas sucesivas. Entra Danilo Medina. Deja parte del equipo ministerial del antecesor, sumado a casi todos los funcionarios y empleados innecesarios heredados. Esto incluye al vergonzoso y costoso personal que pulula en la cancillería y en el exterior. Pero lo despoja de las fuerzas obtenidas en el PLD, por obra y gracia de sus mandatos durante doce años. Unas relaciones, forzadamente armoniosas, aplazan pero no ocultan un distanciamiento que fracciona la vieja unidad morada.

Tercer acto, escenas sucesivas. Fernández trata de mantener vigencia, incidiendo en los acontecimientos del PRD. Miguel Vargas saca ganancia de causa, por lo menos en la parte legal, aun cuando pierda el respeto y apoyo del verdadero PRD. Las fuerzas mayoritarias encabezadas por Hipólito Mejía y Luis Abinader crecen, proyectando un alto nivel de competencia a través de la Convergencia. Otra batalla que pierde el otrora invicto líder peledeista.

Cuarto acto, única escena. El ex mandatario, el Tribunal Constitucional y aliados salen a echarle un jabón al sancocho del actual Presidente. Evacuan una sentencia tan absurda como inoportuna y bochornosa. Tratan de envolver a Medina en una discusión en la cual el país y la imagen presidencial quedarían muy maltrechos de seguir la ruta trazada por esa corte.

Nos queda un quinto acto, aún sin escribir, con escenas opcionales. En la primera propuesta, entra Leonel Fernández, de vuelta al poder en el 16. Retoma las fuerzas perdidas en todos los escenarios, pondría más fe y experiencia. Ay de quienes propiciaron la cesantía a la que, entonces, pondría fin. Todo el caído, cuando se levanta se recobra devolviendo golpes.

En la segunda escena proyectada, entra un novel dirigente del PLD, reservando honores al liderato alojado en la cúpula, manteniendo el orden establecido. Los ex mandatarios asumen el rol de consejeros, en atención a sus dignidades. El tiempo pasa, y ya la pava no pone donde ponía.

El Nacional

La Voz de Todos