Opinión

Popularidad y Constituyente

Popularidad y Constituyente

Con motivo de haberse cumplido dos años del ejercicio del Presidente Danilo Medina, son muchas las voces que coincidieron en que su gobierno tiene más luces que sombras, pero además que goza de una popularidad poco común en nuestro medio cuando se trata de gobernantes.

Son logros que no se compran en botica, como se dice popularmente, sino que están anclados en hechos tangibles, que no creemos necesario detallar pues son de todos conocidos, a pesar de que el Presidente no ha puesto atención a quienes reclaman cambios de personajes que empañan su administración, que más que servirles como se debe, es peor en el caso de aquellos que aspiran a la Presidencia de la República.

La reticencia del Presidente a “remenear la mata” es uno de esos signos misteriosos de la política, excepto que al publicarse este artículo lo haya hecho.

Esa incertidumbre, si puede llamársele así a las expectativas creadas, podría evitarse en el futuro si el Presidente, aprovechándose de la popularidad de que goza, designara a una comisión de personalidades creíbles, para que estudie la posibilidad de modificar la Constitución vigente a través de una Asamblea Constituyente.

Esa modificación debería ampliar de cuatro a seis años el período constitucional, prohibir definitivamente la reelección y consignar algunas disposiciones para reorganizar el Estado, para así consolidar la democracia que todavía camina coja.

En vista de que una Asamblea Constituyente sería un órgano soberano, sus integrantes tendrían la decisión, a nombre del pueblo, de determinar si se desea mantener el período por cuatro años, si se deja todo como está o si por el contrario desea ponerse a tono con las corrientes prevalecientes en gran parte del mundo, donde el pueblo es quien decide lo que quiere. Los que abogan por una simple reelección del Presidente Medina, parecen olvidar que ese sería un nuevo parche a la democracia, pues quieren copiar el modelo de los Estados Unidos o México, olvidándose de que allí los gobernadores son elegidos, no designados, pero además de que cada Presidente cumple su periodo constitucional y punto final. Es decir, aunque sea reelecto, no podría repetir eternamente, como se estila en nuestro país.

La ampliación del período presidencial de Medina no sería una reelección, además de que daría chance a que la oposición se reorganice como se debe, para que haya un equilibrio democrático y político entre las principales fuerzas organizadas que tercian en los períodos electorales.

Si el Presidente lo hace así, no solo ampliaría ventajosamente su popularidad, sino que allanaría el camino para entrar por la puerta ancha de la Historia.

El Nacional

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