Página Dos

Práctica suspicaz

Práctica suspicaz

Excitar el morbo no puede ser la finalidad del estigma que representa para las empresas de Santiago que no han cumplido o tienen atrasos en el pago de los arbitrios al Ayuntamiento la colocación de sus nombres en una pizarra pública, cual si fuera una pira.

Habiendo otros métodos legales y más persuasivos para encaminar las acciones, la práctica traduce un daño gratuito a la imagen de las firmas, sin que tampoco constituya una garantía de que cumplirían con las obligaciones.

De ahí que muchos se pregunten qué es lo que realmente persigue el alcalde Abel Martínez Durán con una práctica inquisitoria, impropia de un régimen de derecho. Lo que se estila en los casos es el diálogo y en última instancia la acción legal, pero jamás manchar en forma abusiva una marca.

Martínez Durán no transita el mejor sendero con una práctica que puede ocultar otras intenciones. Tal vez haya quienes la celebren como una gracia, pero por las consecuencias es obvio que no se trata de un chiste.

El Nacional

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