Opinión

PRECISAMENTE

PRECISAMENTE

Una opinión publicada siempre tiene algo que nadie conoce… La imaginación de la gente es increíble con respecto a la parte que reserva la opinión pública, y esta sociedad podría estar engañada por una vanidad que la ha ridiculizado. Nos ha tomado tiempo comprender la incontable seducción de una visión de modernidad y consumismo carente de la educación necesaria, ajena al engendro de esa ilusa excelencia de dicha vanidad.

Ante nada, existe opinión pública que conduce desde la ignorancia  la ilusión  la insensatez, el soborno, la corrupción y la falsedad. Otra, hasta la verdad y autenticidad. Por otro lado, se favorece una concepción elitista que carece de total dignidad por dedicarse a un mercado de opinión que obedece a un presupuesto. ¡Vaya! Y, por otro lado se ahoga el normal desarrollo de la opinión creíble, que retrata de verdad nuestra sociedad.

Este peligro se puede evitar si cada uno pone en esta sequía de educación una sola gota de agua.

Se puede afirmar, que un medio no tiene criterio propio, es opinión pública en sí mismo.

Tal vez esta afirmación no tenga sentido, pero los campos de acción que generan la opinión pública, se entremezclan tanto que no es difícil distinguir el propósito real de un origen determinado; en ocasiones, la opinión pública es como el cráter de un volcán en erupción…

Somos vulnerables a la confusión. Por eso, la gente opina lo que más se diga que es la verdad, o lo correcto. Nada más absurdo, de manera que es una guerra de egos, de juicios, mentiras, verdades.

A veces, se destrozan reputaciones de manera implacable, es un asunto de quien pueda gritar ”su verdad más alto” y repetirla más veces…

El Nacional

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