Quisiera reflexionar sobre un tema de profunda actualidad y que yo titularía de la manera siguiente: Influencias del ambiente. Es decir, cuando surgen de un modo light, artificial. En mi opinión, es un tema trascendente. Les hablo de la adolescencia, ni siquiera puedo regresar a mis raíces para intentar aclarar el papel que desempeña hoy la juventud.
Estimo que ser un buen padre exige preparación seria. No basta el sentido común. Educar suele ser difícil. Sobre todo, cuando llegan a la adolescencia. Justo en esta etapa, se origina un cambio de actitud. Una transformación que requiere ayuda para descubrir y comprender el sentido de la adolescencia. El riesgo de ese período crítico está en establecer diferencias entre el afán de independencia personal y las malas influencias que originan relaciones tóxicas que afectan de manera negativa a nuestra juventud.
Urge en los padres sintonizar con sus hijos en el mundo extrafamiliar: Internet, lectura, diversiones… Saber ver las cosas como ellos las ven; adaptarnos a la edad y a la situación en la que se encuentra cada hijo. Ser pacientes, no esperar resultados a plazo corto. Hay que evitar la tendencia a la evasión de la vida familiar.
Hoy, los jóvenes corren peligro y encuentran muchos obstáculos por una sociedad cargada de antivalores.
Sin embargo, la elección más importante del adolescente consiste en estudiar y educarse, en aprender lo necesario para su próxima madurez Organizar sus actitudes fundamentales, a través del valor propio que representa su estilo de vida, a medida que tiene conciencia, a sí mismo y a los demás. El Yo y el Tú, crea las cualidades que aportan la flexibilidad, la iniciativa, el optimismo y la adaptabilidad que genera el bienestar espiritual que lo convierte en buen ejemplo para la sociedad.
