Opinión

PRECISAMENTE

<P>PRECISAMENTE</P>

Hoy se plantea la necesidad de analizar las diversas formas en que la educación influye en la productividad y la competitividad de las empresas y de la nación. El verdadero desafío de nuestra sociedad, se plantea como exigencia en el desenvolvimiento social, cultural y económico de asumir la responsabilidad de elevar a los individuos de los estratos sociales más desfavorecidos a través de una profunda conciencia de solidaridad.

Ese reto consiste en demostrar la influencia de una alianza innovadora e intensa que nos permita una interacción comunidad-escuela.

Hay que saber usar las tecnologías a favor de la educación. Es incuestionable que la mejor inversión es en educación. Por supuesto, educación de calidad.

La asignación del 4% para la educación fomenta el desarrollo cultural.

A la luz de este panorama, la educación siempre es impulso esencial, nunca retroceso, porque es la base de la modernización, es un capítulo necesario de la vida, y solo perfeccionándola navegaremos en el océano de la inteligencia, de la ciencia y de la técnica que nos propone superar circunstancias y transformarlas por otras superiores.

Y, ante esa esperanza, sin geografía limitada, solo en la fe de una sociedad, con virtud trascendente, de un acervo patrimonial del esfuerzo histórico, en la gran civilización, se encuentra la fortaleza de la responsabilidad hacia la educación como medio inevitable para ser libre.

La educación no solo sirve para transmitir conocimientos, sino para enseñar valores y, en su sentido más amplio, para potenciar la inteligencia en su plena expresión, que comprende un entramado de cultura que permite encaminar a una sociedad sus proyectos al futuro con éxito.

El Nacional

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