Opinión

Precisamente

Precisamente

Juego cuestionable

 

La sociedad se encuentra sumergida en ociosa y ensimismada parálisis progresiva que procede de la alteración de las facultades mentales.

Y, suele caracterizarse por la disminución de dichas facultades, relacionadas a menudo con lesiones de naturaleza destructivas, cuyo lenguaje común se comprende bajo el nombre de demencia, que se transforma en estrés, el fondo y las formas de esa palabra ”demencia”, se la reservo a los terapeutas, que son los expertos del comportamiento humano.

Lo que más se ajusta a mi percepción del trastorno mental que intento describir transita por una autopista de doble vía y el conductor es el estrés, este agente estresante se impone, dentro de un juego cuestionable de manipulación entre gobernantes y gobernados, sometidos por ese juego, a una sobrecarga de tensión. Hay que estar atento a eso. Es el precio que hay que pagar para poder emprender una prevención realmente eficaz.

Sé que en política, a veces, se vive una existencia mediocre con una enorme pobreza de conciencia, originada por el conflicto abierto de la desavenencia; consenso y disenso, acuerdo y desacuerdo que registra prácticamente lo mismo, nos ocurre con nuestros vecinos haitianos en el tormentoso tema migratorio y de regulación, otros casos, entre nosotros mismos dentro de una disparidad que asombra. Así como existen patologías individuales, existen patologías colectivas.

Y se quebrantan las reglas de la sociedad, la democracia corre peligro, esto impide conquistar un sistema de vida en libertad y autonomía, factores que fortalecen los derechos y la dignidad que aspira el género humano.

En líneas generales, nadie quiere ser considerado responsable de nada, todo el mundo pretende hallar el modo de cargarle la responsabilidad a otros. Hemos aprendido a aceptar el sistema, aunque ese sistema nos empuje al abismo, los políticos dicen una cosa y hacen lo contrario. Se ha creado una sociedad en la que cada ser humano es un adversario potencial que puede quitarte tu sitio como si nada. Ahí, el juego cuestionable que no comparto.

Si queremos que el país cambie, es preciso que cambiemos nosotros.

El Nacional

La Voz de Todos