Opinión

Precisamente

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Los poderes políticos se han transformado de tal manera que los llamados pueblos soberanos ya no ejercen poder a través del voto porque el poder se encuentra en lugares fuera de control. La indecencia de la clase política que se vive en esta época es ya demasiado grande para que algo bueno pueda surgir de ella. Sabemos que hace años no existen serios ideales patrióticos en la mayoría de los hombres, estos están en extinción.

¿Y la democracia? ¿Se puede creer en ella? Ya que no quedan esperanzas, juguemos a los tontos e imaginemos que funciona a gran escala. Puede ser en una comunidad, en una región, en un país. Pero cuando intenta dar el salto a una dimensión más amplia, deja de funcionar porque se tropieza con uno de esos poderes al que la política perversa, corrupta e inmoral le ha dado facultad.

Aunque no lo creamos, es el poder del dinero el que más influye en esta sociedad en descomposición. El poder económico no debería ser el único poder, y sin embargo lo es. La población mundial se encuentra por debajo del umbral de la pobreza o pobreza absoluta. Muchos países están endeudados. A menudo gobernados por políticos inmorales y desconsiderados que no aceptan frenar ni controlar sus instintos egocéntricos. El dinero lo es todo, los datos sobre desigual distribución de la riqueza pueden no estar reflejando la realidad.

¿Cuales son los logros de un país? ¿Las personas tienen vida larga y saludable? ¿Son educadas? ¿Se respetan sus derechos? ¿Cuentan con seguridad social e ingresos?

Cuando la acción política es incapaz de solucionar las múltiples situaciones que nos afectan, tolerar significa soportar con estoicismo, aquello que en verdad deseamos quitarnos de encima, así, resulta intolerable tolerar esta ambigüedad de la tolerancia.

El Nacional

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