Opinión

PRECISAMENTE

PRECISAMENTE

El experimento económico de la última década, generó expectativas que se han convertido en agudas insatisfacciones y frustraciones. Los sueños económicos se han transformado en angustia e incertidumbre. Las cifras lo revelan. La crisis global es tan sombría y brutal por los índices sin precedentes de la pobreza, dentro de un panorama dramático, que prácticamente nos acorrala.

Hace unos años, Matthew y Hakim, describieron esta situación en 4 aspectos: ”Crecimiento lento e irregular, pobreza persistente, injusticia social e inseguridad personal”. Otros vaticinaron ”un futuro de progreso continuado con grandes logros”. Este último pronóstico, nada tiene que ver con la realidad actual. Solo es comprobable el impacto de una profunda conmoción en un país con riquezas tan importantes que podrían ayudar para ser más pujante. Aquí  la contradicción ética y moral es muy amplia. El Estado necesita, cada vez más, aplicar impuestos, y los impuestos asfixian. Ni si quiera se cuenta con el apoyo que podrían brindar multinacionales de rostros desconocidos.

Cierto, hay desigualdad, lo dicen todos los sectores, sufrimientos existenciales muy fuertes. Y, la gente busca sobrevivir… Tras la brecha de un mercado que intenta el equilibrio, se produce el enorme efecto de frustración.

Entonces, me pregunto: ¿Hacia dónde va la familia? ¿Cómo afronta esta situación económica? Todos nacimos para vivir en familia. Es un mandato bíblico. La familia es la unidad más poderosa que tiene una sociedad, una familia bien integrada es un motor de desarrollo económico, influye en la estabilidad democrática  hace cosas fundamentales, sobre todo en los procesos de la educación, y realiza el más significativo rol macroeconómico y social. Es decisiva, por su gran red de protección social.

Hoy, la ciudadanía exige un estado ético, eficiente, transparente y articulado por una moral incuestionable, que aplique políticas y estrategias orgánicas activas con sensatez como un proyecto común que se transmutará en hechos.

 

El Nacional

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