Opinión

Presencia economica

Presencia economica

El mundo financiero internacional tiene el oído puesto en el latir del corazón monetario-financiero de Chipre (pequeña isla situada en el mar Mediterráneo y con un tamaño parecido al de nuestra vecina Puerto Rico) debido a la existencia de graves  problemas económicos que están ocasionando convulsiones políticas y sociales. 

Chipre precisa de un apoyo financiero urgente para sobrevivir a corto y mediano plazo de sus penurias económicas agudizadas tras la crisis de endeudamiento público desatada durante la Gran Recesión del 2008-2009.

Los diseñadores de la rígida austeridad fiscal en la Unión Europea (UE) pretenden reducir los niveles del déficit fiscal y el endeudamiento público lo más pronto posible. Pero para alcanzar esa meta han aplicado un frenazo en la marcha del crecimiento económico.

  Tanto a Grecia como a Portugal, España e Irlanda se les exigió la aplicación de fuertes programas de austeridad que sólo han contribuido a reducir el crecimiento económico, incrementar el desempleo y deteriorar la calidad de vida de la población.

Pero al pequeño país chipriota se le ha pedido más: ahora los integrantes de la llamada troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) han dirigido sus acciones contra el bolsillos de los ahorrantes prohibiendo que éstos puedan retirar dinero de los bancos o autorizándolos a extraer una mínima parte de sus ahorros.

Semejante acción decretada por la  consabida troika rompe con los elementales criterios de seguridad jurídica a los depósitos bancarios, toda vez que  acorralar o confiscar una parte del dinero de los ahorrantes no dista mucho de considerarse un abuso de confianza o, más aún, un despojo de dinero ajeno por parte de las entidades financieras  y eso siembra la desconfianza en el sistema bancario.

Es como si se tratara  de una reedición europea del tristemente célebre corralito  argentino del 2001. Por eso el nerviosismo se ha propagado por toda la zona del euro (moneda única europea). Se sospecha –y con justa razón- que esa decisión respecto de Chipre podría aplicarse también para los nuevos casos de solicitudes de rescates o asistencia financiera al interior de la Eurozona.

Miles de ciudadanos chipriotas se han lanzado a las calles protestando contra esa ese corralito al estilo europeo en el marco de rígidas medidas de austeridad fiscal que  se traducen en recortes del gasto público, privatización de empresas estatales, aumento en los niveles de impuestos…

Estados Unidos ha mostrado interés por el desarrollo de las turbulencias dentro de la economía chipriota debido a su impacto sobre el desempeño económico de la Eurozona. Ben Bernanke, presidente del banco central norteamericano, así lo dice: “Seguimos muy de cerca la evolución de  los acontecimientos en Chipre”.

Esas turbulencias financieras que se sienten sobre la geografía económica europea han tomado más fuerza a raíz de la crisis financiera de Chipre, no obstante ser un país pequeño con un limitado sistema bancario.

Pero en la era de la globalización financiera ningún fenómeno económico puede enclaustrarse en una caja de cristal. La crisis chipriota ya está influyendo en los mercados internacionales. La región latinoamericana y caribeña no escapará a ese fenómeno de la interdependencia. Hay que seguir de cerca la señal del humo chipriota.

El Nacional

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