Opinión

Presencia economica

Presencia economica

Si Friedrich Nietzsche (1844-1900), controversial filósofo alemán, tuvo razón cuando afirmó que los pensamientos y las ideas se repetían en el tiempo y el espacio, entonces la humanidad toda estaría condenada a volver a su punto de partida.

 Pero bien sabemos que la historia, en realidad, no se repite. Su movimiento no es circular, sino que avanza en forma de espiral, aunque conviene recordar al escritor norteamericano Mark Twain (1835-1910)  cuando expresó: “La historia no se repite, pero rima”.

Lo dicho precedentemente viene a propósito del desempeño de la economía  nacional e internacional, unido a los vaivenes que se registran en las actividades productivas, comerciales y financieras. Es la idea del ciclo, la cual sugiere una aparente repetición de hechos  donde siempre de vuelve al punto de partida.

Desde los tiempos del economista y médico francés Joseph Clément Juglar (1819-1905) se demostró que las crisis no son sucesos casuales o contingentes, sino parte de una fluctuación cíclica del comportamiento económico. Sus aportes estadísticos y teóricos al ciclo económico sitúan al científico galo dentro de los primeros  estudiosos del tema.

Téngase en cuenta los novedosos trabajos del economista ruso Nikolái Dmítrievich Kondrátiev (1892-1931), quien descubrió leyes económicas que explican las largas fases de auge y depresión en los procesos productivos, precios y tipos de interés, los cuales expresan el costo del dinero.

Los ciclos económicos (con sus fases de auge, recesión, depresión y recuperación) permiten explicar el comportamiento de la economía mundial, especialmente en esta era de globalización y turbulencias financieras en los países desarrollados.

 Durante la primera década del presente siglo el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. se mantuvo un ritmo de 5,2 por cierto, a pesar de que durante el período 2000-2001 experimentó una corta recesión tras la caída en picada del valor de las acciones de las empresas tecnológicas (crisis del estallido de  la burbuja puntocom).

 Pero con el advenimiento de la Gran Recesión (2008-2009) el mundo vivió la crisis económica más profunda y devastadora de capitales después de la histórica Gran Depresión (1929-1933), donde sobrevino un astronómico endeudamiento público generado por los cuantiosos recursos financieros aplicados al salvataje de los bancos y empresas europeas y norteamericanas en peligro de quiebra.

Dicen que el peligro de una nueva recesión en la economía mundial se ve distante, pero la Organización para la Cooperación y Desarrollo económico (OCDE) considera que están dadas las condiciones para que haya una recaída en el proceso de recuperación de la economía mundial, a contrapelo de lo expresado por el Fondo Monetario Internacional.

Que no se trata de una visión pesimista, sino de un reconocimiento de los graves problemas estructurales que agobian a Estados Unidos y la Unión Europea. Porque son problemas sistémicos, no coyunturales. 

Mucha visión de futuro tenía el filósofo chino Confucio (que vivió entre los años 551 y 479 antes del nacimiento de Jesucristo) cuando sentenció: “Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”.

 

El Nacional

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