Opinión

Presencia económica

Presencia económica

¿Es  cierto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) está dando un vuelco en el diseño tradicional de sus programas de ajuste para la aplicación de políticas fiscales y monetarias de corte restrictivo?

 

Bueno, con  el paso del tiempo se ha podido observar que ha sido en los préstamos a corto plazo donde el FMI ha estado mostrando una menor exigencia o condicionalidad frente a los países subdesarrollados.

Al parecer durante el período 2009-2010 los préstamos otorgados por el organismo crediticio internacional a países latinoamericanos y caribeños se han beneficiado de cierta flexibilidad en las aprobaciones.

 

Sin duda, para el 2011 los programas de ajuste stand-by del FMI continuarán basándose en una preocupación excesiva por los indicadores monetarios y financieros, tales como los equilibrios fiscales, la estabilidad de precios y la inflación, las bajas tasas de interés y los altos niveles de reservas internacionales.

 

¿No constituye una visión tradicional del ajuste económico concebido por el Fondo sostener que el gasto público en subsidios, mayor empleo público y las transferencias al sector industrial debería ser reducido?

Joseph Stiglitz, reconocido economista norteamericano, ha cuestionado, con pleno conocimiento de causa, los efectos perturbadores que en el plano político-social generan los  acuerdos concebidos por el FMI.

 

Teóricamente, el FMI no “impone” las medidas económicas a los países subdesarrollados que tocan sus puertas en busca de préstamos para financiar desajustes en sus cuentas nacionales, pero en la práctica concentra de manera unilateral el poder de negociación. La voz decisoria emana de los representantes de los países desarrollados.

 

La imagen mundial del FMI se había deteriorado de tal manera que hasta Milton Friedman (1912-2006), padre espiritual de los apologistas del mercado, planteó la posibilidad de que  el papel de la institución deviniera en innecesario.

La aprobación del aumento de los recursos financieros del FMI para ampliar la cobertura de otorgamiento de préstamos a los países subdesarrollados ha sido positiva,  aunque esa decisión no estuvo acompañada de propuestas específicas para reactivar la economía de los países pobres.

 

Durante el 2009 el G-20 (que reúne a las principales economías del mundo) relanzó al FMI dentro del escenario económico internacional, pero dejó de lado la formulación de un paquete de medidas tendente a transformar y democratizar a esa institución.

 

Sí hubo un cambio notable en la flexibilización de la política fondomonetarista dirigida al otorgamiento de préstamos a los países subdesarrollados con el objetivo de  contrarrestar los efectos de la crisis económica mundial.

Téngase en cuenta que desde el punto de vista social (y la ciencia económica no tendría sentido sin tomar muy en cuenta esa visión) en tiempo de crisis económica se impone la adopción de  políticas contracíclicas para atenuar o evitar en  áreas tan sensibles como vivienda, educación, salud, agua y  empleo.

El Nacional

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