Opinión

Presencia economica

Presencia economica

¿Cuáles  deberían ser las medidas fiscales a ejecutar por un gobierno que se encuentre atormentado  por la persistencia de un recurrente déficit fiscal?

Alfredo Zaiat, economista argentino, escribe en su interesante  libro  ”Economía a contramano” (2012) lo siguiente: “Las soluciones técnicas a problemas económicos no sirven si no están subordinadas a un programa global dominado por la orientación política de un gobierno”.

A ningún país le gusta acumular balances negativos en sus finanzas públicas, pero una sombra recorre el contexto de la geografía económica mundial: el fantasma del déficit fiscal. El saldo negativo se genera cuando los gastos superan los ingresos del Estado. Esa medición suele hacerse durante un período determinado, generalmente un año.

 Cuando sobreviene una crisis como la que se estalló en el 2007 dentro de Estados Unidos y que pronto se propagó por el globo terráqueo con fuerza telúrica durante el período 2008-2009 salen a relucir los efectos devastadores de los números rojos en las finanzas públicas.

 Tras la relativa superación de los momentos críticos de la reciente crisis económica mundial los gobiernos de la Eurozona iniciaron una política fiscal contractiva, dejando de incrementar el gasto público para estimular el crecimiento y  la demanda interna (que hace referencia a las cosas que la gente quiere  y  puede comprar en el mercado).

El costo social de la apretada consolidación fiscal (cimentada en los recortes al gasto público y la reducción en las facilidades crediticias) ha estado presente en las calles europeas: el desempleo ha sembrado raíces, a la vez que las protestas sociales se producen por la Eurozona, especialmente en aquellos  países que se encuentran atormentados por un endeudamiento público que compromete su capacidad de pago.

 Pero si la Eurozona no flexibiliza su política fiscal  podría ocurrir que el crecimiento económico proyectado para este 2013 quede por debajo de lo esperado. Se dice que el Banco Central Europea (BCE) sólo centra su atención en los niveles de inflación y el valor del euro, dejando de lado la tasa de crecimiento.

 La mejor manera de cerrar un déficit fiscal  y enfrentar el endeudamiento es con altas tasas de crecimiento estable. Y resulta lógico deducir que la senda del crecimiento económica se hace más difícil y quizá imposible si se adoptan políticas fiscales y monetarias muy restrictivas..

Los gobiernos de los países desarrollados han sabido convivir con los recurrentes déficits fiscales, conscientes de que el ideal del equilibrio entre los ingresos y los egresos del Estado no suele alcanzarse de manera sostenida en el tiempo.   

La política de gradualismo (poco a poco) en la reducción del déficit fiscal debe ser el norte, abandonando toda pretensión de equilibrar las finanzas públicas a breve plazo, es decir, de un año a otro, so pena de generar un frenazo en el crecimiento económico, un aumento del desempleo y serias convulsiones sociales y políticas.

El Nacional

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