Opinión

Presencia economica

Presencia economica

 En los países latinoamericanos y caribeños es  significativa la incidencia de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en la producción de todos los bienes y servicios que produce la economía cada año  (eso que en economía se conoce como producto interno bruto/PIB), en la creación  de empleos y la  reducción en la desigualdad social.

 Pero a pesar del importante peso socioeconómico de las Pymes es una verdad harto conocida que en la región no existen estadísticas muy confiables acerca del número de estas unidades productivas  dentro de los respectivos países, así como de las políticas públicas y  de su proyección en el tiempo.

 En países como la República Dominicana se ha creado una buena base conceptual que permite identificar el universo de las Pymes tomando en cuenta el tamaño de sus volúmenes de producción y ventas, su equipamiento o infraestructura y el número de trabajadores, pero en verdad falta mucho por hacer  en la gestación  de estadísticas bien sustentadas. No obstante, se avanza por el camino correcto.

 Pero es indudable que  en la región se ha estado registrando un énfasis  de políticas públicas en  el desarrollo  productivo, organizacional y tecnológico de las Pymes facilitando su acceso a los canales crediticios, lo que sin duda aportará beneficios en la reducción del desempleo  y en la posibilidad real de una mayor incursión no sólo en el mercado interno, sino en el exigente mundo del comercio internacional.

 La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) llama la atención hacia un fenómeno que viene afectando el crecimiento de las Pymes: su limitada participación dentro del comercio internacional. Y hace un llamado a los gobiernos de la región para que se apoye a estas empresas para que puedan participar en los mercados internacionales, pasando por  el fortalecimiento del comercio entre los propios  países de la región.

 En una publicación titulada “Comercio internacional y desarrollo inclusivo” (2013) la CEPAL muestra su preocupación por el limitado apoyo que se ha ofrecido en la región a las Pymes que desean incursionar o mantenerse dentro de las actividades exportadoras.

 ¿Cómo lograr ese empuje en las actividades exportadoras de las Pymes? Cierto que las   limitaciones institucionales, financieras y tecnológicas  son muchas, pero no hay peor diligencia que la que no se hace.

 La solución al problema planteado pasa por el filtro de la educación y la capacitación de los pequeños y medianos empresarios. Esto mejoraría los procesos productivos existentes y aumentaría la calidad del bien final destinado al mercado mediante  un mayor aprovechamiento del tiempo y las innovaciones tecnológicas.

 Hay que apostar  a las asociaciones de empresas medianas y pequeñas para  incrementar las posibilidades  colectivas de participar en las exportaciones, promoviendo el intercambio cooperativo de conocimiento, información y tecnología entre empresas.

Latinoamérica y el Caribe tiene mucho que hacer en el universo de las Pymes, pero es innegable que en muchos países de la región, incluyendo felizmente a la República Dominicana, se están tomando acciones concretas para dinamizar la incidencia de estas unidades productivas dentro de la economía interna y el comercio internacional.

El Nacional

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