Cuando los tambores de la guerra suenan en regiones geográficas caracterizadas por la producción y exportación del petróleo, las primeras víctimas de ese conflicto político-militar suelen ser los países que dependen mucho de las importaciones del crudo.
Los aprestos militares de Estados Unidos y países europeos miembros de la OTAN están incidiendo sobre el comportamiento de las bolsas de valores y de los precios del petróleo, sembrando incertidumbre sobre el desempeño de la economía mundial para lo que resta del año 2013.
El petróleo se suele clasificar principalmente de acuerdo a su densidad y su contenido de azufre. Así, si el crudo es liviano y con poca cantidad de azufre su precio es mayor que si fuese del tipo contrario (pesado y con mucho azufre) por razones de costos de producción.
Tomando en cuenta algunas de las características citadas así como la zona geográfica donde se localiza y explota existen dos tipos de referencia del demandado aceite mineral: el West Texas Intermediate (WTI) y el Brent.
Ambos son livianos, con poco azufre y de muy buena calidad, pero el primero (el Texas, de Estados Unidos) es superior al segundo (Brent, del Mar del Norte, Gran Bretaña), por lo que su precio es mayor.
El precio del petróleo de Texas es utilizado como referencia principalmente en el mercado norteamericano (Nueva York). Es el espejo del cálculo petrolero adoptado por la República Dominicana.
Pero dejemos atrás los citados conceptos de ilustración sobre la economía del petróleo y fijemos la atención en la delicada situación político-militar que agobia a Siria.
Siria es un país árabe situado en la zona del Levante (que comprende además a Líbano, Israel, Jordania, y los territorios ocupados del Estado Palestino) dotado de una buena producción de hidrocarburos que ha llegado a superar los 400 mil barriles por día, estimándose que sus reservas probadas ascienden a más de 2 mil 500 millones de barriles. Sí, hay mucho petróleo y gas en Siria, pero…
Desde el año 1964 las licencias para la explotación de petróleo están en manos de empresas estatales, lo que resulta inadmisible para las corporaciones internacionales de Occidente, las cuales desean disponer una mayor tajada del pastel energético.
El territorio sirio es también considerado como un punto de confluencia de los corredores energéticos alternativos, en relación con los que pasan por Turquía y a través de otros trayectos controlados por intereses empresariales de Occidente.
Pero su importancia no viene dada por su riqueza petrolera (que es ambicionada por empresas de Occidente), sino por su estratégica posición geo-política y sus conexiones con otros países árabes que adoptan posiciones comunes en los foros internacionales, en oposición a los intereses de países de Occidente.
Si el fuego destructor de la guerra se desata sobre Siria y otros países del área (porque el conflicto podría romper fronteras nacionales) los precios del petróleo se dispararían, afectando sensiblemente a las economías subdesarrolladas importadoras del crudo. Cuestión de interdependencia de la economía mundial.