Opinión

Presencia economica

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El motor del BRICS

 

La celebración de la VI Cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la ciudad de Fortaleza, Brasil, constituye un paso histórico para la reformulación de la arquitectura financiera internacional vigente desde finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), abriendo camino a los países emergentes y subdesarrollados en el diseño de un nuevo orden económico mundial.

Las economías emergentes del grupo BRICS han probado ser mucho más que una suma de letras: son verdaderos motores del crecimiento económico mundial y de la cooperación internacional, proyectándose en la ejecución de proyectos infraestructurales y acceso crediticios para la estabilización de balanzas de pagos.

Es cierto que los países BRICS acusan notables diferencias en términos de su estructura de producción por sectores, su grado de apertura al exterior, su especialización exportadora, el signo y saldo de sus balanzas por cuenta corriente, su régimen cambiario, por citar algunas, pero han puesto en evidencia una voluntad política común para avanzar en los acuerdos adoptados en cumbres anteriores.

El BRICS concentra el 45 por ciento de la población mundial; en la primera década del presente siglo aportaron el 50 por ciento del crecimiento económico mundial y en la actualidad tienden a reducir el impacto adverso de la desaceleración que se registra en las economías desarrolladas al mantener todavía buenos niveles en las actividades productivas, comerciales y financieras.

La creación de un Banco de Desarrollo por parte del BRICS es una buena señal para los países emergentes y subdesarrollados que aspiran a mejores condiciones de acceso crediticio respecto de las exigidas por los organismos crediticios multilaterales tradicionales, los cuales han estado bajo la tutela de Estados Unidos y Europa tanto en el plano financiero como en el control administrativo.

Los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; Rusia, Vladimir Putin; China, Xi Jinping, Sudáfrica, Jacob Zuma, y el primer ministro indio, Narendra Modi, se dieron cita en el Centro de Convenciones de Fortaleza, Brasil, para agotar una jornada de trabajo en torno a la puesta en práctica del Banco de Desarrollo y la implementación de un Fondo de Reservas para disponer de recursos financieros que permitan enfrentar, de manera conjunto, coyunturas económicas desfavorables.

Tanto el Banco de Desarrollo como el Fondo de Reservas del BRICS se convertirán en palancas de apoyo para muchos países subdesarrollados que aspiran a un sistema financiero internacional justo y asequible para sus pueblos, distante a las condiciones que imponen a sus deudores los actuales organismos crediticios multilaterales.

Por eso saludamos los encuentros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con los países miembros del BRICS en el marco de su VI Cumbre. La cooperación e integración entre los países subdesarrollados se traducirá en la adopción de propuestas y acciones conjuntas para generar cambios dentro de un injusto orden económico internacional que prevalece desde la segunda mitad del siglo 20.

El Nacional

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