Opinión

Presencia economica

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Ideas que pesan

 

¿Será cierto que la economía es un asunto más simple de lo que suele parecer, pero que muchos profesionales de esa ciencia social suelen emplear un lenguaje complicado y abigarrado para que parezca más difícil, no apto para simples mortales?

Hay quienes piensan que mientras más complejo y especializado sea el lenguaje empleado por un economista mejor será su posicionamiento en la credibilidad profesional, dejando de lado la necesidad de que los conceptos de la ciencia económica puedan ser comprendidos por una mayor cantidad de personas.

Porque ocurre que la economía se ocupa del estudio de las relaciones de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, analizando el comportamiento humano y social en torno de estas fases del proceso económico, necesarias para la supervivencia de la humanidad.

Cuando se hace un énfasis exagerado en los aspectos cuantitativos (los números, los modelos matemáticos) y durante el proceso de enseñanza en las aulas de las universidades no se pone el acento en la sociedad, en los hombres y mujeres que asisten al mercado en busca de bienes y servicios, entonces esa ciencia se hace oscura.

John Maynard Keynes (1883-1946), economista inglés que ofreció propuestas de soluciones a la crisis financiera mundial desatada a partir del 1929 y fue bautizada como la Gran Depresión, siempre mostró su oposición al culto unilateral y absorbente de los modelos matemáticos.

Naturalmente, ¿se pretende negar la importancia del manejo y aplicación de las matemáticas, estadísticas y modelos teóricos para los pronósticos y la formulación de políticas económicas en las actividades productivas, comerciales y financieras? Keynes era partidario de presentar “el mundo en un lenguaje comprensible para la mayoría de la gente. Esta es una de las razones por las que se opuso al uso excesivo de las matemáticas de la economía, que la apartaba de la comprensión ordinaria”.

Y es que la economía es el estudio científico de la vida económica de la sociedad. Eso quiere decir que entre economía, política, historia, cultura y psicología, entre otras expresiones de las ciencias sociales, existe una unidad indisoluble.

Oportuno es preguntar, ¿dónde estaban los famosos analistas cuando se produjo el derrumbe de las bolsas de valores y la quiebra de bancos como resultado de la crisis inmobiliaria en la economía estadounidense desde medados del 2007? Esa crisis arrastró a la pobreza a millones de personas.

¿Por qué los economistas de las corporaciones europeas, asiáticas y norteamericanas se enredaron en las patas de los caballos y no pudieron adelantarse a los problemas monetario-financieros generados por la Gran Recesión (2008-2009) y que todavía, en pleno 2014, gravitan sobre la marcha de la economía mundial?

Lo cierto es que cada ciencia adopta un lenguaje propio. En la ciencia económica coexiste diversidad de formas de lenguajes para identificar fenómenos productivos, comerciales y financieros. Es obvio que esto se relaciona con la corriente de pensamiento político-económico que sustenta cada profesional de la economía.

El Nacional

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