Opinión

Presencia economica

Presencia economica

¿Error de cálculo?

 

Las malas decisiones en materia de políticas económicas en las que puede incurrir un gobierno -en cuanto administrador del Estado- podrían ocasionar serias perturbaciones económicas, políticas y sociales que impactarían adversamente en la calidad de vida de millones de seres humanos.

Tales son los casos de las políticas económicas ejecutadas por Estados Unidos y la Unión Europea para reponerse de los graves daños ocasionados por la crisis financiera internacional que hizo presencia en el mapa mundial durante el periodo 2008-2009. Esos gigantes de la producción mundial apostaron con recetas diferentes a superar el momento de crisis, pero no fueron capaces de proyectar a largo `plazo sus estrategias.

En lo concerniente a EE.UU. hay que destacar su decisión de aplicar políticas monetaria y fiscal expansivas para estimular la reactivación de la economía interna. Desde el 2008 tanto el Sistema de Reserva Federal (FED), que funge como el banco central, como el Tesoro de Estados Unidos fueron al rescate de numerosas entidades bancarias y financieras que amenazaban con colapsar, irse a la quiebra masiva, disponiendo para esos fines de más de 1,7 billones dólares de los contribuyentes..

Sin lugar a dudas, si Estados Unidos no hubiese aplicado esas políticas fiscal y monetaria expansivas y de estímulo a las actividades productivas, comerciales y financieras la posibilidad de una recuperación económica tras la Gran Recesión (2008-2009) hubiese sido incierta; pero más allá del momento o coyuntura de crisis había que mirar a largo plazo, aunque como dijera el economista británico John Maynard Keynes “a largo plazo todos estaríamos muertos”.

Ahora el problema del déficit presupuestal, que es una resultante del excesivo endeudamiento público, unido a la falta de ahorro interno (porque los ciudadanos norteamericanos no tienen hábito de ahorro, sino de consumo y más consumo) y al acumulado déficit en la balanza de cuenta corriente (que refleja el resultado de las compras y ventas de bienes y servicios al resto del mundo), todos esos problemas, colocan a la economía norteamericana en una situación de fragilidad permanente.

En los bancos de EE.UU. hay mucho dinero para prestar, pero no aparecen los clientes debido a la existencia de una gran incertidumbre política y económica ante la lentitud del proceso de recuperación de la economía, realidad que está frenando las iniciativas de inversión por parte de las medianas y pequeñas empresas, limitándose de esa manera la creación de nuevos puestos de trabajo.

Las finanzas públicas de Estados Unidos están comprometidas hasta más no poder. Es el país más endeudado del globo terráqueo con un monto que supera los 14,6 billones de dólares, pero al ser el Estado emisor del dólar (moneda nacional y al mismo tiempo divisa por excelencia de la economía mundial) se le facilita navegar sobre las turbulentas aguas del océano monetario-financiero internacional.

Y al poner a funcionar la maquinita de hacer dólares -que equivale a imprimir dinero falsificado por el Estado debido a que no goza de respaldo en oro ni riqueza material producida- Estados Unidos logra superar un momento de malestar económico, pero va cavando la tumba para el entierro de su aparato productivo, comercial y financiero, perdiendo cada vez más espacio dentro del mapa económico mundial.

El Nacional

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