Opinión

Presencia economica

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Compás petrolero

 

En la caída de los precios del petróleo convergen factores que se entremezclan para generar un extraño fenómeno comercial que no podría ser explicado atendiendo a la lógica económica tradicional que postula la vigencia de la ley de la oferta y la demanda.

Existe un enfriamiento de la economía mundial que se manifiesta a través de la reducción de la demanda mundial de petróleo. Soplan aires recesivos sobre la geografía productiva europea, en tanto que por los predios de China se registra una reducción en su ritmo de crecimiento, lo que se refleja en la demanda mundial de materias primas o commodities que exportan muchos países latinoamericanos y caribeños.

Pero, además, Estados Unidos acusa un impresionante aumento en su producción petrolera a tal punto que para el año 2020 podría desplazar a Arabia Saudita dentro del primer sitial en la pirámide energética mundial gracias a la aplicación del procedimiento de la fragmentación hidráulica, conocido en inglés como fracking, el cual consiste en inyectar en la tierra a alta presión agua con una mezcla química para romper la roca y liberar el petróleo o gas que se encuentra atrapado en esa materia.

Pero Estados Unidos no está sólo dentro del escenario comercial global. La Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP), entidad que aporta alrededor del 30 por ciento de la producción mundial, se reunió el pasado 27 de noviembre en Viena, capital de Austria.

Ocurre que la OPEP acordó no reducir la producción del crudo a pesar del exceso de oferta. Esa decisión está incidiendo más en la reducción de los precios , pero a la vez está presionando sobre los bolsillos de los empresarios norteamericanos que han hecho grandes inversiones en la producción del petróleo y el gas delutitas o esquisto (shaleoil) obtenido a través del procedimiento de la fragmentación hidráulica o fracking.

Arabia Saudita ha llevado la voz cantante dentro de la OPEP para que no se reduzca la producción actual de 30 millones de barriles diario con el propósito de presionar sobre los costos de producción de los empresarios norteamericanos que se están dedicando a la extracción petrolera mediante el procedimiento del fracking. Ocurre que Arabia Saudita podría vender su petróleo hasta a 12 dólares el barril y aún a ese precio seguiría obteniendo ganancias, pero…

Esa alta rentabilidad en la producción petrolera saudí no está al alcance tecnológico de países como Rusia, Irán y la República Bolivariana de Venezuela, los cuales ya están sintiendo sobre sus finanzas públicas el impacto del derrumbe de los precios del petróleo, pues sus costos de producción petrolera son muy superiores a los registrados por Arabia Saudita.

¿Qué pensará Estados Unidos ante la posición de Arabia Saudita de apostar al petróleo barato más allá del 2015, sobre todo cuando se tiene conocimiento de que la misma afectaría sensiblemente el desempeño económico de Rusia, Irán y Venezuela, países que, definitivamente, no son santos de la devoción de la política exterior norteamericana?

El Nacional

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