2015: Reto regional
Los dominicanos debemos cuidarnos de quedar atrapados en la exclusiva visión insular de los hechos económicos, relegando a un lejano plano el seguimiento a las actividades productivas, comerciales y financieras que se desarrollan dentro de la economía mundial.
Porque se proyecta para el 2015 un posible retorno de la recesión económica en importantes zonas económicas del globo terráqueo. La Unión Europea (UE) ha sido declarada en vísperas de un proceso recesivo, en tanto diversos organismos internacionales reconocen que en países como China y Japón el crecimiento económico será más bajo de lo proyectado.
¿Y qué decir de la región latinoamericana y caribeña? Recordemos que su grado de exposición a las turbulencias financieras europeas y a la reducción en la demanda de bienes y servicios de China se hace más notorio en los países sudamericanos (Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Chile, Uruguay, entre otros), en tanto que para México, Centroamérica y el Caribe influye más el comportamiento del ciclo económico de Estados Unidos.
De ahí que se haga necesario avanzar en los esfuerzos regionales para impulsar una integración que desborde el ámbito comercial para afianzarse en las esferas política, económica, financiera, productiva y cultural. Pero hay que prestar mucha atención a la atomización o multiplicidad de esfuerzos que se agotan en los numerosos esquemas de integración existentes en la región creando una situación de estancamiento institucional y operativo.
Los procesos de integración en Europa y dentro de América Latina no son iguales, ya que corresponden a procesos históricos, identidades culturales y características político-económicas muy distintas. Conviene recordar también las iniciativas del Sistema de Integración Centroamericana (SIECA) y de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Pero si los esquemas de integración regional se mantienen segmentados y apostando en grado sumo a la esfera comercial, no será factible consolidar un proyecto global de inserción de América Latina y el Caribe dentro de la economía mundial.
¿Se podría afirmar que el horizonte de la integración luce un tanto incierto ante la fragmentación de los procesos de integración y las dificultades que enfrenta Latinoamérica y el Caribe para avanzar en la construcción de la cooperación intrarregional y la consolidación de relaciones con otras regiones del mundo? De ninguna manera.
Es indudable que se hace necesario avanzar más en el fortalecimiento institucional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) por ser ésta la síntesis más genuina de la voluntad política regional dirigida a consolidar y unificar el proceso integracionista.
Definitivamente, en el 2015 hay que abrazar los principios de solidaridad entre los países latinoamericanos y caribeños para impulsar cada vez más el proceso de la integración regional dejando de lado el criterio utilitarista de la competencia entre las economías para poner el acento en la cooperación y colaboración entre los países. ¿Es mucho pedir?
