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¿Locura petrolera?

Los precios del petróleo han retomado su tendencia hacia la baja iniciada desde junio del 2014, pero en los inicios del 2015 la misma daba señales de revertirse al punto de que no pocos analistas internacionales apostaban a un repunte en las cotizaciones del crudo hasta situarse por encima de los 75 dólares el barril.

Fue cierto que al 30 de enero del presente año el barril de petróleo WTI (de referencia norteamericano) llegó a venderse en 48 dólares con 46 centavos el barril, pero en la actualidad el mismo cayó abruptamente a los 43 dólares con 88 centavos, aunque en medio de la jornada en los mercados de futuros el crudo bajo hasta los 42 dólares con 85 centavos el barril, considerándose como su nivel más bajo desde el 2009.

Conviene tener presente que los mercados de futuro son espacios comerciales donde se celebran contratos de compra o venta de ciertas materias en una fecha futura y donde las partes se ponen de acuerdo en el presente sobre el precio, la cantidad y la fecha de vencimiento en que se ejecutará el contrato. Por ejemplo, las transacciones mencionadas en el párrafo anterior se acordaron con entrega en abril próximo.

Lo que sí sabemos es que, a pesar de los vaivenes que se registran en las operaciones bursátiles (es decir, en los mercados de futuros) los precios del crudo tipo WTI –que son los que interesan a la República Dominicana- se han venido desplomando en el último semestre en una proporción que ronda el 50 por ciento, siendo el declive más prolongado.

Lo cierto es que en la actualidad el mundo está inundado de petróleo, en tanto que la economía global emite señales de enfriamiento y de lenta recuperación de los tormentosos efectos desatados por la Gran Recesión (2008-2009) que sacudió los cimientos de los mercados internacionales.

Estados Unidos ha incrementado su producción petrolera a niveles impresionantes mediante el uso de la técnica de fragmentación hidráulica, conocida como fracking. Produce alrededor de 5 millones de barriles al día más que en los tiempos de la crisis económica mundial del 2008. Ha estado reduciendo sus importaciones de crudo y acumulando reservas o inventarios que ya superan los 450 millones de barriles, siendo éstas las de mayor nivel de los últimos 80 años.

Y a pesar de que Arabia Saudita, considerada como el soporte productivo de la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) sigue apostando al incremento sostenido de la oferta para reducir más los precios y sacar del mercado a los productores menos eficientes, todo indica que esa táctica no dará resultado a corto plazo.

Ante el citado panorama es evidente que para grandes países productores y exportadores de petróleo (tales como Venezuela, Rusia, Irán y Argelia), entre otros, la caída en los precios del crudo continuará siendo una sangría en los ingresos fiscales, mientras que para los países importadores netos representará una bendición del cielo, pues significará mayores ahorros internos. Y es que al ajedrez petrolero concurren ganadores y perdedores.

El Nacional

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